Gustavo Herrera es esa especie de entrenadores que corrigen a sus boxeadores en voz baja. Se acerca a ellos y los instruye. Esto mismo hizo este jueves en su tercer día de trabajo con el campeón de las 112 libras del CMB, Cristofer González, luego de ser incluido para tomar las riendas de la preparación de cara a la primera defensa de la corona.
A Herrera se le han llenado las manos. Tiene también a Román González y a Melvin López, prospecto en evolución. “El Látigo” es la nueva vasija que ha recibido en su taller. Afirma que es un boxeador talentoso y que su papel de ahora en adelante será pulirlo, hacerlo brillar.
“Cristofer está contento con el nuevo plan. Se enfoca. Por mi parte, reforzaré áreas técnicas. Él es muy talentoso y hacerlo brillar es mi intención”, señaló Herrera, a la vez que su rostro dibujaba una sonrisa automática.
“Le enseñaré algunos trucos, como conectar ciertos golpes, quitarse de la distancia. Con su estura y alcance pocos serán como él en esta división. Está fuerte para las 112 libras”, confiesa.
Unidos
Al tener en sus manos la pregunta de qué percepción le quedó del trabajo hecho por el campeón en Japón, el cual le permitió noquear al sólido Daigo Higa en nueve asaltos, el experimentado entrenador insinúa que la labor fue fantástica y da los méritos a quienes se lo merecen.
“Se preparó al cien para esta pelea, debemos aplaudir lo que hicieron Róger González y Wilmer Hernández”, comenta.
El aterrizaje de Herrera al campamento de Rosales se dio para apagar el fuego que provocaron las diferencias entre Róger y Wilmer por el dominio en la esquina de “El Látigo” y al respecto de esta situación deja saber que espera un ambiente de paz para seguir cultivando éxitos.
“En esta semana todo ha marchado bien, con Wilmer ya trabajé antes, con Róger nunca, pero por el bien del equipo espero que todo marche bien”, finalizó.