Netflix Latinoamérica se está convirtiendo en un importante distribuidor de contenido creado originalmente para canales de cable en EE.UU. Por eso, nos llega con su sello “El Alienista”, una serie producida originalmente para TNT, en su afán por competir con los principales proveedores de entretenimiento televisivo para adultos, como los canales HBO y AMC. No es casualidad que figure como productor Cary Fukunaga, uno de los creadores de “True Detective” (2014-2015).
La serie está basada en la novela homónima de Caleb Carr, un siniestro best seller que data de mediados de los noventa. Su éxito de ventas y crítica le valió un pasaporte a Hollywood, pero se perdió durante años en la tubería de la industria. “El Alienista” del título es el Dr. Laszlo Kreizler (Daniel Brühl), psicólogo que trata de sanar a los pacientes “alienados” de su verdadera naturaleza. Es como un psiquiatra, pero sin la credencial académica.
En el Nueva York de finales del siglo XIX, el Dr. Kreizler se obsesiona con descubrir quién está asesinando a los niños prostitutos de Manhattan. No es nada fácil. El concepto de “asesino en serie” no existe aún, la ciencia forense está en pañales, y como las víctimas son pobres, hijos de migrantes, a la buena sociedad no le importa impartir justicia. A pesar de ello, nada puede detener al alienista. Arma una pandilla de aliados que incluye a John Moore (Luke Evans), un galante hombre de sociedad que trabaja como ilustrador de periódico para distraerse; y Sarah Howard (Dakota Fanning), joven heredera que se ha convertido en la primera mujer empleada por el departamento de policía. Ella es la asistente del comisionado Theodore Roosevelt (Brian Geragthy), enfrascado en una guerra contra la corrupción. Marcus (Douglas Smith) y Lucius Isaacson (Matthew Shear) son dos hermanos judíos y talentosos forenses. Cyrus (Robert Wisdom), el cochero negro, aporta fuerza bruta. Mary (Q’orianka Kilcher), una bella indígena muda, es la ama de llaves a cargo de logística doméstica.
Por género, religión, raza u origen, los protagonistas se enfrentan al ostracismo de la sociedad. Aún los privilegiados materialmente, como John y Sarah, están marcados de alguna manera. El afán de redimir a los marginados se corrompe en los invasivos despliegues de poder de Kreizler, quien trata de psicoanalizar a sus aliados para llegar a través de sus patologías al criminal que persigue. Un incipiente poliedro amoroso se arma entre el médico y los aliados, con la complicación latente de sus perfiles psicológicos. Bajo su devoción, Mary oculta una cualidad destructiva que puede detonar en cualquier momento. De alguna manera, la dinámica entre los personajes es más interesante que el desarrollo del misterio.
“El Alienista” se beneficia de una fascinante reconstrucción de la época, pero la sangre mancha su gentileza. Es absorbente y envolvente, dispensando de vez en cuando un shock que nos saca de la complacencia. Entre todas las distracciones que ofrece, quizás lo más indeleble sea la actuación de Fanning. Después de descollar como actriz infantil, se vio desplazada en el radar de Hollywood por su hermana Elle (reconocible por los filmes de Sofia Coppola, “Somewhere” y “The Beguiled”). Entre la sangre y los oropeles, la humanidad de Sarah, retando los límites que la sociedad le impone, es más fuerte que los sangrientos despliegues de violencia. Es una actuación sustancial que debería garantizarle más y mejores papeles.
Su preocupación por el pasado recuerda la serie “The Knick”, producida y dirigida por Steven Soderbergh, cuya acción se desarrollaba en el Nueva York de principios de siglo XX. “El Alienista” es menos ambicioso artísticamente, y más sensacionalista, pero supone una sólida distracción.
Lea también: Crítica de cine | Heredera del viento