Las sentencias de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre conflictos fronterizos en tierra y mar, el posterior cumplimiento de Nicaragua y la elección de un nuevo Gobierno en Costa Rica abren la posibilidad para que los dos países mejoren sus relaciones bilaterales; a pesar del silencio de Daniel Ortega y Rosario Murillo sobre el reciente proceso electoral costarricense.
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El politólogo Carlos Murillo, académico de la Universidad Nacional de Costa Rica, dice que el futuro presidente de su país, Carlos Alvarado, debería de tomar en cuenta que por primera vez en la historia de las relaciones entre ambos países, las fronteras terrestres y marítimas están definidas a raíz de la sentencia de la CIJ del pasado 2 de febrero. “Se requiere coordinar y alrededor del mundo hay experiencia de comisiones binacionales para operar las fronteras”, opina Murillo.
Nicaragua y Costa Rica tienen una historia en común marcada, además de los conflictos limítrofes, por la presencia de, aproximadamente, 300 mil nicaragüenses que contribuyen a la economía de ese país con un aporte que equivalía al 7.43 por ciento del Producto Interno Bruto en 2016.
Carlos Sandoval, sociólogo y académico de la Universidad de Costa Rica, opina que “como todo inicio de gobierno, esta es una gran oportunidad para construir una agenda binacional que estos cuatro años prácticamente estuvo paralizada”.
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“(Las frías relaciones) fueron la secuela del conflicto de Isla Calero y poco cambió, se vino (en 2015) el tema de los migrantes cubanos que querían llegar a Estados Unidos y la negativa de Ortega de permitirle libre tránsito por Nicaragua”, dijo Sandoval.
“Este gobierno costarricense entra sin pendientes y eso me parece que es muy importante. Despejadas las dudas en La Haya, hay mejores condiciones para tener una relación de convivencia más productiva, donde haya más acercamiento y coordinaciones, cooperación bilateral”, añade Sandoval.
Según Murillo, una de las acciones de ambos países sería reactivar la comisión binacional, la cual dejó de funcionar desde hace varios gobiernos. “El primer paso (de Alvarado) está el de nombrar a un embajador de experiencia a partir de mayo, con conocimiento de Nicaragua y Costa Rica”, dijo Murillo.
Ortega no felicitará
El gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo no va a felicitar al gobernante electo de Costa Rica porque abriría una discusión del porqué el Sistema Electoral nicaragüense no tiene la misma legitimidad que el de Costa Rica, concluyeron los analistas entrevistados. “Sería una especie de soga para su propio cuello, al reconocer que es una muestra del excelente Sistema Electoral costarricense y estarían diciendo que el de Nicaragua no lo es”, dijo Carlos Murillo.