Los resultados de las elecciones municipales de noviembre pasado en Nicaragua no son satisfactorias para Estados Unidos, asegura el analista político Bosco Matamoros.
Según Matamoros, los acuerdos suscritos en febrero pasado entre el gobierno del presidente designado, Daniel Ortega, con la Organización de Estados Americanos (OEA) para reformar el sistema electoral, judicial y la separación de poderes sigue siendo una prioridad para la administración estadounidense.
“¿Pero qué ocurre? Los resultados de este proceso (electoral municipal) en términos de transparencia, en términos de poner en marcha estos cambios, no son satisfactorios para los Estados Unidos”, advirtió Matamoros.
No obstante, el analista y exdiplomático sostiene que tras el peligro que a Nicaragua se le aplique la Nica Act, también surge la Ley Magnitsky, que de acuerdo con Matamoros es una legislación más compleja contra la administración Ortega, dado que persigue a funcionarios que cometen actos de corrupción y delitos contra los derechos humanos.
“Entonces, lo que ocurre es que la Nica Act no ha muerto, queda latente, pero está la Ley Magnitsky, entonces viene un grupo de miembros del Congreso, le envían una carta al poder ejecutivo para que le aplique las disposiciones de la ley que ya existe a funcionarios del Gobierno de Nicaragua de los cuales hay sospechas de que son responsables de violaciones a los derechos humanos y de actos de corrupción”, expresó Matamoros.
Según el analista político, la Ley Magnitsky Act tendría un efecto devastador para Nicaragua, dado que la dicha legislación cae bajo la jurisdicción del Departamento del Tesoro y del Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
Preocupación por alcances de la ley
Todas estas presiones que apuntan hacia la administración Ortega, a juicio de Matamoros, han movilizado a importantes dirigentes del Frente Sandinista a buscar diálogos con los Estados Unidos.
¿Ortega aceptará los cambios?
“Hasta el día de hoy no he visto un claro entendimiento y la estrategia que se ha llevado hasta Washington no ha sido la correcta por Nicaragua. Yo no tengo dudas de que el presidente Daniel Ortega va a aceptar un proceso de cambio; lo necesita el Frente Sandinista, los empresarios y el país urge del consenso nacional. El Daniel Ortega de hoy no es el de 1990 y él sabe que su horizonte está limitado”, sostiene el analista Bosco Matamoros.
Hace unas semanas congresistas y senadores pidieron a la administración Trump, mediante una carta, sanciones contra el presidente del Consejo Supremo Electoral, Roberto Rivas, y el vicepresidente de Albanisa, Francisco López.
País urge de consenso
Ante las amenazas de la Nica Act y la Magnitsky Act, según Matamoros, la opción del presidente Ortega es dialogar con la administración del presidente Donald Trump.
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“El contexto político para Nicaragua en Washington no es favorable, es muy complejo y aquí hay una indiferencia hacia esa realidad, pero detrás de la apariencia de que nada está ocurriendo, el Gobierno está muy preocupado”, expresó Bosco Matamoros.
El analista señala que el país necesita un consenso nacional, pero además sostiene que Ortega necesita una verdadera oposición política “donde haya participación amplia de todos los sectores, sin exclusión”.