Ante la imagen de Nuestra Señora del Trono, católicos nicaragüenses y del exterior aprovechan para solicitar por la salud, la paz y la familia. Esta mañana centenares de creyentes descienden de los autobuses departamentales que llegan hasta la ciudad de El Viejo, para abarrotar la nave central de la Basílica Menor Nuestra Señora del Trono, donde este miércoles se llevará a cabo la tradicional Lavada de la Plata.
Al concluir la misa pontifical, que inicia a las 10:00 de la mañana y concluye al mediodía, la pólvora ensordece y anima los corazones de los promesantes con sus algodones que pulen los objetos de plata y bronce que se ubican en mesas bajo toldos en la zona norte del templo.
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María Isabel Salgado pertenece al Movimiento Sacerdotal Mariano, llegó desde León a las 4:45 de la madrugada del martes para dar gracias a la Inmaculada Concepción de El Viejo.
“Nosotros amamos y respetamos a Nuestra Madre, si no recordemos la palabras que le dijo el Señor: “Mujer, he ahí a tu hijo”. Y al discípulo: “He ahí a tu madre”, declaró la peregrina leonesa.
Las novenas desde el pasado 28 de noviembre se constituyen en actos solemnes de evangelización a la comunidad peregrina desde las primeras horas de la madrugada, desde las parroquias chinandeganas.
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Ligia Castillo, que suele apoyar a la comunidad chinandegana desde la Cruz Roja, benemérita institución, llegó de madrugada al Santuario Nacional Mariano para cantar alabanzas a la Sagrada Imagen que es venerada y a quien dirigen las peticiones.
La alcaldesa sandinista de El Viejo, María del Tránsito Guevara, informó que colocarán una decena de toldos esta mañana en la plaza del parque central Mariano Dubon, frente a la Basílica Menor, para que los peregrinos tengan la oportunidad de sentarse, apreciar el templo y degustar los alimentos con tranquilidad.
Este martes se dio la serenata tradicional en la tarima frente a la puerta mayor, donde diferentes voces cantaron a la patrona.
El rito de la Lavada
En la página web de la Conferencia Episcopal se destaca la historia de esta tradición que reúne a miles de creyentes.
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“Bajan la imagen de su trono, a los acordes de su himno, ejecutado por la banda del gobierno, acompañado de solemnes repiques y quema de pólvora. Nuestra señora empieza a recibir las ofrendas del pueblo y los fieles se disponen a lavar la plata, o sea todos los objetos que adornan al altar: exvotos, candelabros, jarrones, vasos de cirios, la cruz alta, ánforas del Santísimo, incensarios y los milagros que le han llevado”, indica parte de la historia en este sitio.
“Este acto de fervor, que en parte ha permitido la solemnidad de antaño y se ha tenido que adaptar a los nuevos tiempos, se realiza en la parte del atrio situada entre el costado este de la sacristía, norte de la Basílica, ahí se colocan mesas con recipientes que se llenan de cenizas, bicarbonato, limones, pastas para pulir metales y algodones o trapos para limpiar los objetos, los cuales son después usados como reliquias, puestos en las partes del cuerpo de personas afectadas por alguna enfermedad”, refiere el documento.