Alba Generación, el mayor generador eléctrico del país, con el 50 por ciento del total de la generación energética, tiene deudas millonarias con la Empresa Nicaragüense de Electricidad (ENEL) y la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel). Estas deudas se generaron después de que estas empresas estatales asumieron los costos de instalación y operación de varias plantas eléctricas.
Estas plantas instaladas por los equipos de ENEL y Enatrel fueron las Hugo Chávez, Che Guevara y las Nuevas Plantas Managua.
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Pese a que estas fueron instaladas y puestas en operación por las empresas estatales de energía, estas plantas son administradas por Alba Generación como activos privados.
Alba Generación es otro de los brazos económicos del consorcio Alba de Nicaragua S.A. (Albanisa), el conglomerado de empresas creadas en Nicaragua en el 2007, a la sombra del acuerdo petrolero con Venezuela. Este conglomerado es manejado por personeros vinculados con la familia presidencial.
Arrastran deuda de US$32.9 millones
Alba Generación debe a ENEL y a Enatrel 987 millones de córdobas, equivalentes a 32.9 millones de dólares, utilizando la tasa de cambio que se tenía a finales del 2016. En el caso de ENEL, son 505 millones de córdobas los que le debe Alba Generación. Estas deudas aparecen como “cuentas dudosas”, pues llevan casi diez años sin recibir abono alguno.
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“Estos son saldos por cobrar relacionados con costos de instalación y operación de las plantas eléctricas Hugo Chávez y Che Guevara, propiedad de Alba de Nicaragua, incurridos durante los años del 2007 al 2009. Al 31 de diciembre del 2016 y 2015, el importe de provisión de cuentas de cobro dudoso asciende a 505 millones de córdobas”, se lee en la auditoría a esta empresa estatal a la que tuvo acceso LA PRENSA.
Planta donada por Taiwán
El economista Adolfo Acevedo, un estudioso del acuerdo petrolero con Venezuela, explicó que estas operaciones se remontan al tiempo en que Nicaragua pasaba una crisis energética y Taiwán donó una planta que supuestamente administraría ENEL, como empresa estatal, pero de repente, apareció en manos de Alba Generación. Esta planta pasó a formar parte de la red de plantas Che Guevara.
“Yo recuerdo que esa planta vino para ENEL y luego la trasladaron a Alba Generación, eso fue tremendamente oscuro e irregular, porque la planta vino para ENEL, es decir que era un activo público”, dijo Acevedo.
Esto ocurrió en 2009, cuando una donación de treinta millones de dólares del Gobierno de Taiwán en plantas de energía térmica para el Estado de Nicaragua, pasó directamente a ser propiedad de Alba Generación.
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El Gobierno de Taiwán no hizo objeciones al proceso y nunca se pronunció sobre si esto le había sido informado para su aprobación, antes de efectuarse la donación.
Esta operación incrementó en 27 megavatios la capacidad de generación del consorcio vinculado con la familia presidencial. Los empresarios privados del sector energético tampoco protestaron por la medida. El Gobierno nunca dio explicaciones formales sobre este hecho.
Planta Managua fue instalada por Enatrel
En 2015, Alba Generación adquirió otras deudas energéticas para instalar los 140 megavatios de energía térmica que necesita el país para darle estabilidad al sistema eléctrico, ante fallas en sistema de interconexión nacional y regional.
“El incremento por 484,340,801.65 (córdobas) en las otras facturaciones con respecto al año 2015, corresponde principalmente al contrato por el diseño y montaje de la Planta Managua de Alba Generación y Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica”, se lee en la última auditoría que se realizó a Enatrel.
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El economista revela que lo preocupante es que cuando hay deudas de Albanisa o sus subsidiarias, estas se pasan al Presupuesto General de la República para que se paguen, lo cual es ilegal. “Lo que pasa es que no tenemos una Contraloría transparente y además falta de independencia de las instituciones públicas”, agregó Acevedo.
Todo fue por los racionamientos
Una investigación periodística de LA PRENSA, publicada en junio del año pasado, reveló que la puesta en operación del consorcio Alba Generación fue bajo el argumento de que era la única forma de sacar al país del racionamiento eléctrico que enfrentaba desde 2006.
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La investigación demostró cómo Alba Generación utilizó como capital semilla, los fondos pagados por los ciudadanos nicaragüenses por la compra de combustible. Esto ha sido señalado de ser privilegio a favor de este consorcio, en comparación con los otros agentes privados del mercado.
4,820.8
millones de dólares es lo que hasta abril de este año se había registrado como ingresos al país bajo el esquema del acuerdo petrolero con Venezuela desde que se implementó en 2007.
