El 10 de enero de 2018, Daysi Ivette Torres Bosques estará entregando la silla municipal que por nueve años ocupó como alcaldesa de Managua. Fue su cargo una herencia imprevista desde que la gloria deportiva nicaragüense Alexis Argüello, quien fue nombrado alcalde en 2008, apareciera muerto en extrañas circunstancias en 2009 y le cediera por ese infortunio la plaza que el FSLN asaltó en los oscuros y fraudulentos comicios de aquel año.
Desde entonces, el papel de la otrora reportera de televisión osciló de más a menos como figura pública, hasta desaparecer casi en su totalidad al final de su segunda y última administración.
A la sombra de Fidel Moreno
Para Omar Lola, concejal de Managua por la bancada del Partido Liberal Independiente (PLI), la imagen de Daysi Torres ha estado opacada en todo momento de la actual administración, por el secretario general de la comuna, Fidel Moreno, al ser él la persona que decide qué se hace y qué no, y ella cumplir solo con actividades protocolarias como firmas de convenios, cabildos y sesiones municipales.
Esto “no es cosa del destino”, dice el concejal.
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Lola analiza que Moreno ha ejercido todo el poder porque es el hombre de confianza de la pareja presidencial, Daniel Ortega y Rosario Murillo, presidente y vicepresidente designados por el poder electoral; además que, reconoce Lola, él tiene capacidad para hacerlo “con altura”, como se requiere por ser la plaza municipal más importante del país y manejar el techo presupuestario más grande.
“El único autorizado para dar los informes, que le compete por ley al alcalde, es Fidel Moreno. Informar sobre las catástrofes, inundaciones, informes de los planes de invierno, los convenios con diferentes organismos. Hoy el único que lo puede hacer es el secretario general y un grupo reducido de allegados a él”, explica Lola.
Según él, en un momento Torres intentó tomar las riendas, pero de inmediato supo que no podría pasar encima de Moreno, quien empezó a ejercer el poder cuando Alexis Argüello era el alcalde y todavía no había aparecido muerto en su habitación, suceso del que todavía se habla y no se tiene certeza de lo que realmente pasó.
La figura del delfín del Frente Sandinista, Fidel Moreno, siempre estuvo sobre la imagen y funciones de la alcaldesa Daysi Torres.
El jefe ha sido Fidel
Desde el punto de vista municipal, Gilberto Lindo, experto en el tema, lamenta que ocurra esto “porque es verdad que el alcalde puede delegar funciones en su equipo de trabajo”, como el secretario general, pero lo que ocurre en la capital es que se ha minimizado a Daysi Torres y Fidel Moreno ha gozado del poder.
“El ejecutor, el de la acción, el de la información al público, el jefe ha sido el secretario general. En la Ley (de Municipios, Ley 40) dice claramente que ‘el alcalde puede delegar tanto en personas electas como en designadas’, pero la imagen de ella fue muy opaca. Ella solo fue una figura decorativa que no sé por qué fue ese su rol”, indica Lindo.
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Gestión valorada de “buena”
Aunque Torres entregará la Alcaldía de Managua dejando pendiente una amplia lista de necesidades para el municipio, Lindo valora de buena la gestión porque son evidentes los proyectos que se ejecutaron, concentrados en el casco histórico de la ciudad, bajo la administración de Torres.
En parte, según Lindo, esto se logró porque el Gobierno central destinó partidas presupuestarias nunca antes registradas y porque controló totalmente las gestiones de la Alcaldía bajo la directriz de Rosario Murillo, a quien incluso se le vio dirigiendo labores de ornato en la instalación de altares en la Avenida Bolívar.
Según sus investigaciones, en 2012 la Alcaldía de Managua recibió cerca de 100 millones de córdobas anuales en concepto de transferencias municipales y después, contando hasta este 2017, el promedio superó los 600 millones de córdobas anuales.
Con las transferencias “la idea era compensar a los municipios con menor capacidad y estamos beneficiando a la que tiene mayor capacidad (Managua)”, analiza Lindo, quien valora de buena la gestión actual pero también la acusa de poco transparente.
Desde que Daysi Torres asumió la Alcaldía de Managua en 2008, siempre tuvo a su lado, o a sus espaldas, a otros funcionarios. LA PRENSA/ARCHIVO
Poco transparente
Su argumento se basa en que por un lado están los proyectos desarrollados, muchos de gran impacto, pero por otro está el sigilo sobre las contrataciones y adquisiciones, donde muchas veces han sido beneficiadas empresas allegadas al partido en turno. Para hacerlo se han negado informes sobre los procesos de licitación.
“Sabemos que los recursos públicos se tienen que manejar bajo reglas, bajo normas. La excusa de ser eficientes no puede llevar a violar las reglas porque significa abuso de autoridad y de poder”, advierte el experto en Municipalismo, quien sigue de cerca el funcionamiento de los gobiernos locales a nivel nacional.
¿Víctima de la política de género Rosario Murillo?
En 2012, cuando el Gobierno impuso las reformas a la Ley de Municipios y estableció la denominada política 50-50 en los cargos de elección pública (mitad de candidatos hombres y mitad mujeres), los medios oficialistas ejemplificaron con Daysi Torres, como modelo de la política de equidad de género del Gobierno.
Sofía Montenegro, socióloga y periodista experta en estudios de género, desmitifica tal modelo oficialista. ¿No fue Daysi Torres un ejemplo de la Ley 50-50, donde se le otorgó a la mujer nicaragüense una condición de igualdad política para competir por cargos de elección pública?
“No. En mi investigación Sin República y sin ciudadanía. Participación política de las mujeres en Nicaragua en el contexto jurídico y político del 2014, constatamos algunas cosas: 1) El país cuenta con un marco jurídico a favor de la igualdad de género y leyes específicas para su promoción, pero no tienen aplicabilidad, por la falta de presupuesto y una institucionalidad raquítica o exclusivamente simbólica, la falta de democracia y la ausencia de libertad civil”, señala Montenegro.
Siempre subordinadas
“2) Si bien se registra un mayor equilibrio entre hombres y mujeres en los cargos de elección y en cargos de instituciones del Estado, constatamos que se trata de una presencia designada, clientelar y partidista decidida de forma arbitraria por el poder fáctico que gobierna al país. Si bien las mujeres están igualmente subordinadas que los hombres a ese poder, ellas lo son doblemente al estar sujetas a la autoridad de los varones y no tener poder real de decisión en las instancias en las que se encuentran. Es el caso de Daysi Torres y Fidel Moreno”, dice categórica Montenegro, quien incluso resalta que hasta el proceso electoral mismo que permitió a Torres subir al poder, fue ilegítimo.
“Encima Fidel Moreno y Daysi Torres tienen el agravante que llegaron sin legitimidad por medio de un proceso electoral fraudulento y el otro por designación y que ha terminado usurpando el cargo, porque es en realidad el alcalde de facto. La ‘alcaldesa’ cae en la categoría de mujeres símbolo (“tokenwomen”) que sirven al enmascaramiento de un régimen autoritario y como ‘muestra’ de una supuesta voluntad ‘democrática’. Es pues, una participación institucional, funcional y subalterna, sin ninguna autonomía ni capacidad de decisión. De adorno, pues”, precisa Montenegro.
En el año 2008, en plena Plaza 19 de Julio, Andrés Alexis Argüello, candidato a alcalde, junto a Daysi Ivette Torres Bosque, su fórmula. LA PRENSA/ARCHIVO
Daysi Torres, ¿católica o protestante?
En el extremo de las críticas contra Daysi Torres que circulan en redes sociales y círculos políticos, se le cuestiona su papel como “Mayordoma de las fiestas católicas de Santo Domingo”, a la vez que profesa la religión evangélica desde antes de su papel público. Daysi Torres, nacida en 1956 y de origen campesino, era reportera del Canal 4 cuando Daniel Ortega ganó las elecciones de 2006. En 2007 ella fue vocera de Telcor y renunció al cargo para postularse como candidata a vicealcalde, llevando como fórmula al boxeador Alexis Argüello. En 2012, fue impuesta alcalde por el poder electoral nuevamente.
Periodista modesta y leal
Hasta antes de 2008, Daysi Torres era poco conocida socialmente. Su ámbito de convivencia como figura pública se limitaba al periodismo como reportera del Canal 4, que por aquellos años junto con Radio Ya, eran incondicionales al FSLN y Daniel Ortega. El periodista William Briones reconoce en Daysi Torres una faceta más humana y profesional que sus críticos, en aquellos años cuando los periodistas abiertamente sandinistas eran contados con los dedos de la mano. “Daysi es una periodista de mucha trayectoria, que empezó reporteando con muy buen suceso en los años ochenta. Desde sus inicios laboró en destacados noticieros de televisión, con informaciones sustanciosas, coherentes y bien elaboradas, como buena profesional de la comunicación. Franca, leal y solidaria. Nunca ocultó su posición política y se mantuvo fiel a sus principios sandinistas todo el tiempo, aun cuando muchos abandonaron la causa de la revolución. Jamás se desvinculó de su gremio mientras fungió como alcaldesa de Managua, por el contrario, son conocidos sus gestos de solidaridad hacia periodistas de la tercera edad o que perdieron a sus seres queridos. Los periodistas que conocemos su trayectoria siempre hemos visto en ella a la colega accesible, la comunicadora jovial de siempre, que nunca se mareó en las alturas”.
