El director del Sistema Nacional para la Prevención Mitigación y Atención de Desastres de Nicaragua (Sinapred), Guillermo González, fue designado por el Gobierno para coordinar las actividades de rescate relacionadas con el barco Miss Johana Betsey, hundido hace dos meses en el Mar Caribe.
“Todos esos esfuerzos los debe coordinar el doctor Guillermo González de Sinapred, para asegurar la fluidez de todas las gestiones. El Sinapred al frente porque se trata de un rescate que tuvo que ver con un accidente”, afirmó la vicepresidenta designada por el Consejo Supremo Electoral, Rosario Murillo.
El propietario del barco, Eduardo Zeledón, está en Corn Island y vía telefónica confió que el propósito es rescatar los cuerpos de los marineros, que se suponen están en el interior de la embarcación.
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Esto porque los buzos que la ubicaron no se atrevieron ingresar a las cabinas, porque “tenían miedo de entrar sin equipo, sin lo necesario y quedar atrapado allí”.
“Los buzos que identificaron el barco miraron solo uno, porque él tenía la mitad afuera”, explicó Zeledón.
Con Zeledón coincidió Murillo quien mencionó que de acuerdo a la versión de los buzos que localizaron la posición del barco, únicamente pudieron observar el cuerpo de una persona en la cabina del capitán. Zeledón señaló que la sacada del barco es un “trabajo más arduo, más intenso de ” y llevará tiempo.
Como parte de las disposiciones del Gobierno, según Murillo, a Corn Island llegarán buzos de Corinto, así como médicos forenses y miembros de la Policía Nacional .
Una de las esposas de los marineros, que pidió no ser identificada para evitar represalias de parte de las autoridades locales que les regañan por proporcionar información a LA PRENSA, manifestó que continuarán en el muelle de Bluefields, a la espera de noticias.
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La familiar de los tripulantes se mostró esperanzada que junto a los buzos también llegue “una gente para ver ¿qué pasó allí? hasta el momento aquí estamos esperando esa respuesta”.
A los familiares les han asegurado que el rescate llevará tiempo y en dependencia de cómo se encuentren los cuerpos, lo que aumenta la angustia para ellos.
El Miss Johana Betsey desapareció el 29 de junio. La última señal recibida fue a once millas de la Isla Pequeña del Maíz, en un sector conocido como El Quiebre. Pese a que es considerada una zona muy traficada por embarcaciones fue hasta el lunes que pudo ser localizada.
Certificarán la entrega
Los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML), deberán verificar el cumplimiento de los procedimientos sanitarios en caso que sean rescatados los cuerpos de los tripulantes.
“En este proceso se tiene en primer lugar que contar con el respaldo del Instituto de Medicina Legal para asegurar que se guarden todas las precauciones, aunque me dicen los compañeros que después de casi dos meses, riesgo epidemiológico no hay”, aseguró Murillo.
Los forenses y policías han recibido la orientación de certificar que los cuerpos sean entregados a los familiares debidamente identificados, para “que no haya duda de quien es quien”, sostuvo Murillo.
En el lugar también permanece la coordinadora del Gobierno Regional en el Caribe Sur, Shayra Downs Morgan, conoció Carlos Lazo, hermano de Ronaldo Lazo, uno de los trece marineros desaparecidos.
Los familiares de los tripulantes de la embarcación Miss Johana Betsey siguieron ayer en el muelle de Bluefields a la espera de noticias.y
La Fuerza Naval, encargada de desarrollar las labores de rescate, contará con buzos traídos de Corinto para apoyar dichas tareas.
La búsqueda más grande en Bluefields
La búsqueda del Miss Johana Betsey ha sido la más grande que recuerden los pescadores de Bluefields en los últimos años. En las operaciones de búsqueda, después de su desaparición, participaron 85 marineros, tres guardacostas, ocho lanchas rápidas y un helicóptero del Ejército nicaragüense, un avión del Comando Sur de Estados Unidos y una aeronave de la armada hondureña.
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Los tripulantes del barco no iban a pescar, solamente iban a colocar unas “nasas” y luego regresarían. Una nasa es una caja construida con reglas de madera que tiene una malla especial que compran en Estados Unidos y que toda ella sirve como una trampa para capturar langostas.