Aunque se ha recuperado la llegada de cruceros a Nicaragua en 35.13 por ciento en los últimos diez años, la cantidad de cruceristas que deciden realizar excursiones en el país apenas se acerca a los niveles alcanzados en 2008, detallan las estadísticas del Boletín de Estadísticas de Turismo, del Instituto Nicaragüense de Turismo.
(Ver infografía).
No obstante, el sector apunta a continuar creciendo en los próximos años.
Antonio Armas, presidente de la Asociación Nicaragüense de Turismo Receptivo (Antur), dijo que para el periodo 2017-2018 el crecimiento proyectado para ese segmento de turistas es entre diez y 12 por ciento.
“Nunca habíamos crecido como en la última temporada 2016-2017 y esperamos que la temporada de 2017-2018 sea mejor aún. Se esperan aproximadamente unos 69 cruceros en la temporada 2017-2018. La temporada empieza en septiembre y termina en mayo, estamos bastante optimistas”, aseveró Armas.
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Los cruceros son atendidos en Puerto Corinto, Chinandega, en su mayoría, seguidos por San Juan del Sur, Rivas, y una mínima cantidad en Corn Island, Región Autónoma de la Costa Caribe Sur.
Especialistas en turismo coinciden que esa tendencia de recuperación en la llegada de cruceristas es una señal para mejorar la calidad de atención y en proponer nuevos productos turísticos para ese sector, que es considerado importante por el alto poder de gasto.
“Hay que cuidar la calidad del destino, si no ofrecemos calidad a la línea de crucero, simplemente se nos van. La línea de crucero es un segmento de mediano poder adquisitivo(…). Estamos hablando que cada persona puede gastar entre 700 y 450 dólares por excusión”, explica Armas.
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Lucy Valenti, presidenta de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur) apunta que el sector debe sumar esfuerzos para captar a los turistas que generen mayores ingresos al país, pues la gran tarea es aumentar el gasto de los turistas que hasta el cierre de 2016 era de 44.8 dólares por día, apenas 3.3 dólares más respecto a 2015 e inferior a los 47 dólares que promedió en 2007, según datos oficiales.
Zona donde desembarcan
Reyna Tijerino y Rita Acuña, presidentas de los capítulos de San Juan del Sur y Chinandega, de la Cámara Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Industria Turística (Cantur), respectivamente, admiten que la llegada de cruceristas ha aportado a los negocios en la zona, aunque no en la proporción que debería.
En el caso de San Juan del Sur, Tijerino menciona que a pesar que existen condiciones para ofrecer productos turísticos en la zona, la mayoría de los cruceristas buscan otros departamentos como Granada que atrae por la arquitectura colonial, o Masaya por la oferta de artesanía. Pero en el caso de algunas personas de la tercera edad que deciden quedarse en San Juan no tienen muchas opciones, porque hasta el puente que estaba en la playa de San Juan del Sur desde que se dañó no se reparó ni se volvió a construir.
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“No hay un lugar donde ellos pudieran ir. Una biblioteca para gente de su edad, que haya música, un lugar agradable para ese tipo de turismo. Cada quien busca lo que le gusta de acuerdo a su edad. No pueden ir al Cristo porque son ochenta escalones. Nos quejamos que la gente no se queda en San Juan, pero no hacemos nada para mejorar, pero eso más que todo es el Gobierno que le toca porque se necesita infraestructura pública”, señaló Tijerino.
Freddy Cruz, vicepresidente del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme), secunda a Tijerino: “Ese tipo de turistas se concentran en el corredor sur del país. Ellos buscan paisajismo, que lo encuentran en Ometepe y Granada, buscan gastronomía y también artesanía que la compran en Masaya”.
Armas sostiene que los cruceristas que arriban a San Juan del Sur son los que tienen mayor oportunidad de conocer otros departamentos, incluso hasta Managua, a diferencia de los que desembarcan en Puerto Corinto, cuyos turistas se quedan entre Chinandega y León.
LA PRENSA/ARCHIVO
“Ellos funcionan con ciertos estándares de calidad en cuanto a horarios e itinerarios, hay que ser cuidadosos como turoperadoras en qué es lo que se les ofrece, que el destino esté en la ruta, que ese atractivo sea accesible, que el producto (turístico) no tenga que ver al producto anterior o posterior al que se visitan”, agrega Armas.
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Acuña dice que los turistas se quedan en Chinandega porque se han creado productos que han tenido éxito en ese segmento de turistas. “(A los turistas) los sacan fuera del Puerto, les hacen un paseo por la zona, los llevan a la hacienda de los Coen a una exhibición de caballos, van a la ruta del ron, compran puros elaborados en Estelí, visitan la Basílica de la Virgen del Trono, hay muchas actividades que hacer aquí”.
A la vez Acuña resiente que en la estrategia de publicidad en los destinos turísticos el Gobierno no proyecte a Chinandega como lo hace con los departamentos de la zona sur.
LA PRENSA/R. VILLARREAL
A detalle
En enero y diciembre es cuando más cruceros desembarcan en Nicaragua, detallan las estadísticas del Intur.
En 2016 nueve cruceros que llegaron a San Juan del Sur no desembarcaron por condiciones climáticas.
Los cruceristas que desembarcan en San Juan del Sur en su mayoría optan por probar la cerveza artesanal producida en el municipio, dice Reyna Tijerino, presidenta de Cantur capítulo San Juan del Sur.
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El tiempo es oro
Según Antonio Armas, presidente de la Asociación Nicaragüense de Turismo Receptivo (Antur), los cruceristas optan por actividades que no demanden mucho tiempo y les permita conocer la cultura, gastronomía e historia de un país. “Hay que idear productos que concuerden con la línea de horarios, porque si no las líneas navieras multan a las marcas de barcos, es algo bien delicado”. Además que el setenta por ciento de cruceristas son personas de la tercera edad que dan mucho valor al turismo contemplativo.