Todos pasaron por la temporada en que se creían capaces de todo, creyendo tener un horizonte y el no tener la necesidad de rendirle cuentas a nadie. Esto lo llamamos: la adolescencia.
Durante esta etapa muchos padres no saben cómo abordar a sus hijos, el comportamiento de estos puede ocasionarles muchos dolores de cabeza porque como autoridad quieren imponer el orden, sin embargo, al chocar con la rebeldía de los jóvenes la situación se torna un poco dañina.
Hay diferentes tipos de adolescentes, están los activos que desean comerse el mundo y los pasivos que esperan las órdenes para poder actuar.
Es importante que desde pequeños se les inculquen valores y establezcan normas de respeto, las cuales serán el pilar para un mejor desarrollo, que cuenten con límites y un nivel de seguridad que permita mantener ese control que muchos padres tienen sobre sus hijos.
Es de suma prioridad lograr que sus hijos se sientan con la confianza necesaria para comunicarles todo tipo de problemas que estén presentando, que no los miren como invasores sino como personas que están ahí preocupándose y dirigiéndoles en su futuro.
A eso hay que sumarle que deben permitirles tener una comunicación asertiva, la cual fortalecerá ese lazo que ningún padre quisiera perder.
PERO ¿CÓMO LOGRARLO?
Lo primero que debe hacer es acercarse a sus hijos sin temor, recuerde que hasta usted pasó por situaciones similares y que igual que ellos sintieron el mismo temor a no lograr lo que se propusieron.
Aprenda a no juzgar sin antes indagar cómo pasaron las cosas. Muchas veces las personas reaccionan por el enojo, no permitiendo una explicación de su conducta. Así que es necesario que le dé a sus hijos la oportunidad de expresar sus sentimientos y que él defienda su forma de actuar.
También es importante que tenga palabras de motivación y ánimo en la toma de decisiones de sus hijos.