Con casi siete años de haber establecido una librería de variedades en Managua, María Teresa Lazo reconoce que existe poco apoyo para las emprendedoras y encontrar créditos accesibles por parte de la banca.
Pese a ese entorno, Lazo sueña con tener una cadena de tiendas en Managua y competir con otras de su tipo en el mercado nacional.
“Comencé después de renunciar al trabajo que estaba y vi la rentabilidad en la puesta de una librería de variedades, pero cuando uno quiere crecer y toca las puertas de los bancos asombra las tasas de intereses y ni se diga en las microfinancieras, pero este año espero tener mi tienda propia e introducir mercadería nueva en todas las líneas que ofrecemos”, manifestó la emprendedora, propietaria de Variedades Faberla.
La situación que vive Lazo no está lejos de la que han experimentado cientos de mujeres a nivel nacional y que los mismos organismos no gubernamentales han dejado en evidencia mediante informes.
PAÍS QUEDÓ FUERA
El Instituto Global de Emprendimientos y Desarrollo (Gedi, sigla en inglés), publicó recientemente el Índice Femenino de Emprendimiento 2015, que incluye a 77 economías del mundo, pero por falta de información Nicaragua no formó parte del estudio al igual que Honduras.
El índice revela que las condiciones que apoyan la capacidad de las mujeres para iniciar y hacer crecer empresas pueden ser diferentes a la de los hombres y por lo tanto existe la necesidad de examinar los factores de desarrollo de aquellos negocios liderados por mujeres.
“Las mujeres emprendedoras desempeñan un papel importante en el crecimiento de sus economías. Cuando un país no alcanza todo su potencial, la economía sufre. De lo contrario ellas aportan a la mejora del tejido económico y social de la sociedad a través de la creación de empleos, productos innovadores, procesos y servicios, y comercio transfronterizo”, destaca el Índice de Emprendimientos Femenino 2015.
Pero no solo es ese aporte, ya que según Caroline Anstey, directora del Banco Mundial, explica que aquellos negocios que son propiedad de una mujer están creciendo a más del doble de la tasa de todas las demás empresas, dato que expone en la publicación: cerrar la brecha para las mujeres en los negocios, publicado en su blog Voces, Perspectivas del Desarrollo.
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LOS RETOS
Esta situación permite a los especialistas que trabajan en el desarrollo económico de las mujeres emprendedoras, preguntarse ¿cuáles son los retos y oportunidades que ellas tendrán que enfrentar este 2016?
María Denis Duarte, gerente de desarrollo de programas de Agora Partnerships, una organización dedicada al crecimiento de los emprendimientos con enfoque social, coincide con Lazo que una de las constantes que las mujeres reportan como el principal impedimento para establecer su idea de negocio o que crezca, es el crédito.
“Por eso estamos preparando un programa que acerque a las emprendedoras o pequeñas empresarias con la banca, pero que estas tengan garantías más accesibles para quienes quieren empezar. No se trata de intereses más bajos sino de enseñarles a ellas a utilizar mejor el ingreso”, explicó Duarte.
Un estudio del Economist Intelligence Unit, en conjunto con el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin, miembro del Banco Interamericano de Desarrollo), identificó que el acceso a financiamiento para empresas en manos de mujeres es limitado y ubicó a Nicaragua en el puesto 15 de veinte países en esa lista.
El estudio que lleva por nombre: Índice del Entorno Empresarial para Emprendedoras, señala que la poca información sobre créditos y prácticas crediticias conservadoras impide a micro o pequeñas empresas ampliar sus operaciones.
LAS POLÍTICAS INFLUYEN
Eduviges Somarriba, secretaria ejecutiva del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme), agrega que la carencia de políticas públicas que velen por el desarrollo y no por el cobro de una persona que emprende su idea de negocio, es otra de las “piedras en el camino”, que una mujer encuentra en el país.
“Para las mujeres emprendedoras el problema es que no ha comenzado un negocio cuando ya hay cobros de impuestos y las cuotas son muy arbitrarias. Pienso que se necesitan incentivos y desde el punto de vista de género tenemos más limitantes para salir adelante, por lo menos a mi me ha costado. Yo no me he endeudado con bancos porque ellos ofrecen intereses que no son atractivos”, manifestó Somarriba.
Y por otra parte, Somarriba y Duarte consideran vital la necesidad que exista mayor capacitación.
“En todas las áreas, desde el manejo de los ingresos, los inventarios, la compra y venta y saber negociar”, sostiene la secretaria ejecutiva de Conimipyme.
Por su parte, Duarte considera que “fortalecer sus capacidades de negociación es de vital importancia para prepararlas al mercado”.
En ese mismo aspecto, la propietaria de Variedades Faberla considera que hay poca información sobre los organismos o instituciones a las que pueda acudir para solicitar asesoramiento. “Como emprendedora tenés el deseo de crecer y competir en un nivel con mayor preparación, pero a veces se desconoce cuáles son esas instancias a las que uno puede acudir”, afirma.
HABRÁ QUE LUCHAR
Lo cierto para Somarriba es que la perseverancia y el desarrollo de habilidades para hacer negocios, es una de las claves para que las emprendedoras logren dar saltos circunstanciales en los giros de negocios que inicien o que tengan.
“Hay que ser luchadoras, creo que este y todos los años debemos seguir trabajando fuerte para sacar adelante a nuestras familias pese a cualquier obstáculo”, manifestó.
Otros índices
110 es la posición de Nicaragua en el Índice Global de Emprendimiento para este 2016 frente a 130 economías en evaluación, según el Instituto Global de Emprendimiento y Desarrollo.
108 es el puesto de Nicaragua en el Índice Global de Competitividad que publica el Foro Económico Mundial y que en 2015 tomó en cuenta 140 naciones.
130 es la ubicación de Nicaragua en comparación a 141 países evaluados en el Índice Mundial de Innovación , que publicó la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.
Nueva estrategia
Sri Mulyani Indrawati, directora de operaciones del Banco Mundial, sostiene que cuando los países valoran a las niñas y las mujeres tanto como a los niños y hombres; invierten en su salud, educación y capacitación, “y les dan mayores oportunidades de participar en la economía, administrar los ingresos, tener y dirigir negocios, los beneficios trascienden más allá y se extienden a las familias, comunidades y economía en general”.
Una vía mediante la cual podemos reducir el costo de la desigualdad de género es ampliando el acceso a los servicios financieros”, afirma en la publicación: una nueva estrategia para abordar la desigualdad de género, un nuevo enfoque que trabajarán este 2016 en 22 países.