Mentiroso, esto no es desinformación, ni manipulación, aquí estamos, somos miles los que nos estamos manifestando porque no queremos Canal, no vamos a dejar que nos expropien nuestras tierras, ni las vendemos, solo muertos salimos de lo que es herencia de nuestros hijos, dijo el productor Arnulfo Sequeira, al solicitar publicar esta respuesta a Telémaco Talavera, vocero de la Comisión del Gran Canal.
Este productor de la comarca Quebrada Seca, quien dijo que defenderán sus tierras si es necesario con piedras, machetes, palas o flechas, al no tener armas, se sumó a las personas que participaron ayer en la séptima marcha de protesta realizada en el municipio de San Miguelito, en el departamento de Río San Juan.
En este municipio, ubicado a 248 kilómetros de Managua y donde el 71 por ciento de sus pobladores viven en al área rural, marcharon habitantes procedentes de las comarcas El Tule, Roble, Raizón, Los Tres Dorados, El Fajardo, Las Marías, La Conquista, entre otros, y pequeñas delegaciones de La Unión y Puerto Príncipe, de Nueva Guinea y Morrito.
ORTEGA VENDEPATRIA
Ortega vendepatria, se leía en una manta roja y negra que encabezó la marcha, seguida de una caravana de motorizados, mientras los protestantes alzaban pancartas y banderas azul y blanco, al son de la música revolucionaria que alentó la lucha insurreccional de los años setenta y coreando consignas contra la expropiación de sus tierras. Lanza la piedra Andrés Castro, que el invasor es Wang Jing, describía una pancarta.
La protesta de productores y campesinos que llegaron con sus mujeres e hijos fue contra el Canal y por el agua del Gran Lago Cocibolca, según clamaban al marchar por este municipio, donde el polémico Canal no solo impactaría la vida y el entorno familiar y miles de propiedades ganaderas, arroceras y agrícolas, sino también dañaría irreversiblemente el Humedal San Miguelito, declarado sitio Ramsar, así como el lago Cocibolca.
“No salimos” Julio Olivas Serrano llegó de El Dorado y sostenía con fevor una bandera azul y blanco. Dice que no sale de su finca que se llama El Problema. “Solo muerto, es herencia de mis ocho hijos y no descansaré para que aquí no entren los chinos, manifestó. Mientras Salvador Espinoza, de La Conquista, pidió que nos dejen trabajar en paz, lo que nos ha costado no lo vamos a entregar. De nuestras tierras no salimos”.
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