Fernando Monge
El humor es parte de la personalidad del laureado escritor Sergio Ramírez, quien entre risas, aplausos y comentarios sobre su vida, presentó Flores Oscuras, un libro en el que hace gala de su maestría en el cuento, mostrándonos un universo de realidades simples.
En la actividad Melanie Boudard, directora de la Alianza Francesa, dio la bienvenida. También participaron los periodistas Carlos Salinas y Octavio Enríquez, quienes hicieron un viaje dentro del libro.
Entre los diálogos figuró Abbott y Castello, el cual es una versión literaria del terrible suceso de dos feroces perros que atacaron a Natividad Canda, de 25 años, en noviembre de 2005, cuando este supuestamente ingresó a robar artículos en un taller mecánico en La Lima de Cartago.
Ramírez comentó que tiene grandes rasgos de los géneros periodísticos. Dijo que usa recursos periodísticos para no involucrarse sentimentalmente en la obra. Y se refirió que él, al igual que muchos buenos periodistas, toma prestada de la literatura, el lenguaje y la administración de la información.
También habló sobre su preferencia por los personajes marginales, lo cual comparte con el escritor ruso Antón Chéjov.
Salinas mencionó que Ramírez retrata a su país en este nuevo libro, Enríquez por su parte habló sobre la maestría narrativa del autor y el uso de los personajes comunes, que nadie ve, pero que ahí están, como los domadores de circos, las víctimas de asesinato, lo cual da ambiente a las historias.
El novelista también confesó la influencia simbolista, la cual podemos notar en el cuento Adán y Eva. Otro aspecto que identificó en su narrativa fue la guerra, citando sus cuentos El Centerfield y La colina 155 donde se personifica el conflicto bélico como un pasado que espera que no vuelva a cercenar el corazón de nuestro país.
Ver en la versión impresa las páginas: 6 B
