Caes en mí como una intempestiva clavedel renacerdel arrecife y su clamor sonorode un lejano y desterrado continente de tierraque algún itinerante disipado ha olvidadocráter de estalagmitasnieve jamás holladael paisaje ultimado a dentelladas se quedaen el ojo del ciego que se ha vuelto demente.
Hay que destruir este planetamatar al marcazar a la ballena.Pobre hombre terrícola. Tu desalmado impulsote empuja hacia la muerte.Mi desnudez asume el cálido color del soly sus destellos permanentes.Adorada mía, tierra profundaconstelación de papagayos astronautascon la luna perenne de todas tus mareasentierro la locura.Tierra míahacedora de todas las cosas de la vidaalguien tiene que saludar la épica de tuspedernales.Déjame entonces que yo humano caracollleno de marte diga: bebo de ti la eternidad y existo.
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