Por Edgard Rodríguez
Gorman Thomas es ahora un señor de 60 años, que realiza con dificultad el lanzamiento de honor en el Miller Park, para inaugurar la Serie de Campeonato en Milwaukee.
Pero en 1982, tenía solo 31 y además de tirar con fuerza, sus enormes brazos le permitían azotar con poder el bate, para intimidar al pitcheo de la Liga Americana.
Aquel Milwaukee situaba en la punta de su line up a dos futuros miembros del Salón de la Fama: Paul Molitor y Robin Yount; pero Thomas era el temible.
Había tenido su mayor explosión en 1979, cuando disparó 45 jonrones y empujó 123 carreras. Aquel año, Thomas resumía 39 para la calle y 112 empujadas.
Pero aquel equipo, tenía además de Molitor, Yount y Thomas, al no menos temible Cecil Cooper, con Ted Simmons en el corazón del ataque, más Ben Oglivie.
Por eso era natural que se les viera como favoritos ante los Cardenales de San Luis, cuando avanzaron a la Serie Mundial. Pero la tropa de Herzog se salió con la suya.
El Milwaukee de 1982 era un club sólido. Además de poder al bate, su pitcheo era liderado por Pete Vuckovich (18-6), Don Sutton (17-9) y Mike Caldwell (17-10).
La rotación la completaba Bob McClure (12-7), pero a la vez tenían a otro ganador de 12 juegos como Don Medich, uno de 11 como Moose Haas y uno de 10 en Jim Slaton.
En la temporada habían superado a Baltimore, campeón un año atrás, con 95-67, y tras ir abajo 0-2, voltearon la serie contra California por la Liga Americana.
“Nosotros somos un buen equipo. Trabuco es Milwaukee”, dijo en aquel momento Earl Weaver, mentor de los Orioles, al ver el ritmo arrasador de los Cerveceros.
Sin embargo, aunque debieron ir a siete juegos, San Luis les ganó la Serie Mundial. Pero eso es hasta hoy, lo más alto que ha volado Milwaukee. Braun y Fielder tienen la palabra ahora.
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