“¡Aplaudan, no dejen de aplaudir, que a los violadores los vamos a refundir!”. Así coreaba ayer un grupo de personas, en su mayoría mujeres integrantes de organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres, que con mantas en mano marcharon hasta la CSJ para reclamar justicia, sobre todo en el más reciente caso que benefició a Farinton Reyes, agresor de Fátima Hernández.
Los magistrados del Tribunal de Apelaciones de Managua (TAM) Norman Miranda, Mario Miranda y Noel Napoleón Pereira tomaron como “parientes” a Hernández y Reyes Larios para reducirle la pena a éste, de ocho a seis años. Pero dicha relación no quedó demostrada en el juicio.
Reyes Larios, según los hechos, violó a Fátima Hernández, ex compañera de labores en la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), en julio del 2009.
Mientras las mujeres se apostaron ayer frente a la Corte Suprema de Justicia (CSJ), a poca distancia en un hotel capitalino funcionarios de la Policía Nacional, del Ministerio de Gobernación, del Sistema Penitenciario y jueces participaban en el seminario Jóvenes y Violencia de Género.
A criterio de la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), la disminución de la pena a favor de Reyes Larios no está sustentada, pues de acuerdo a la ley la pena mínima para el autor de una violación es de ocho años. Núñez no descartó que las intenciones sean de utilizar el mismo procedimiento empleado con William Hurtado, asesino del periodista Carlos Guadamuz, de declararlo enfermo para luego sacarlo libre.
“Definitivamente las mujeres tenemos que subir el nivel de la protesta, porque no es posible que sólo estemos asistiendo a seminarios a ver investigaciones”, declaró Núñez, quien recordó que en estas actividades se les repite únicamente datos estadísticos de los resultados de la violencia contra las mujeres de “una muerta más, una golpeada más y nos conformamos con esto”.
La Red de Mujeres Contra la Violencia emitió un pronunciamiento que, frente a la Corte Suprema de Justicia (CSJ), dio a conocer su coordinadora, Socorro Silva, para señalar que: “Urge un cambio de mentalidad en los operadores de justicia y todas las instancias a las que tienen que recurrir las víctimas de violencia en cualquiera de sus formas”.
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