Entre las piedras o el carbón, en las ramas de los árboles o en barrancos y quebradas se asoma una de las especies más exóticas entre las flores, una que parece agarrarse a la vida entre los lugares más incómodos, y que su belleza enamora a todo el que la observa, su nombre es orquídea.
Si para los gustos se han creado los colores, la gama que muestran las orquídeas satisfacen a todos sus seguidores, pues van desde suaves tonos pasteles hasta llamativos e intensos colores como rojo, azul, lila, blanca, amarilla y una lista casi sin fin.
Más de cien géneros de orquídeas se han registrado en Nicaragua y han sido clasificadas más de 600 especies, pero los especialistas suponen que en este país hay más de mil especies, esto como parte de los beneficios de estar ubicado en una región tropical.
Se trata de las especies que se desarrollan sobre los árboles, y los especialistas aseguran que las usan solamente como soporte. También pueden crecer en los troncos de árboles muertos, pedazos de madera o la corteza o cáscara de ellos.
Rupícolas o litófitas
Se desarrollan en ambientes muy calientes y soleados, viviendo normalmente sobre piedras, muchas de estas especies se localizan en zonas como el volcán Santiago. Las raíces de este tipo de orquídeas quedan bajo las piedras y se alimentan de poca humedad, que regularmente reciben durante la noche.
Terrestres
Estas especies crecen sobre el suelo y son las orquídeas que desarrollan mayor tamaño de raíces. El suelo donde crecen debe ser rico en humus y material orgánico en descomposición.
Saprófitas
Esta especie no existe en Nicaragua y su peculiaridad es que crece bajo la tierra donde florece y se reproduce.
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Wilbert Hernández atiende un establecimiento de venta de orquídeas en un centro comercial de Managua, y comenta que además de sus llamativos colores, estas flores poseen fragancias que a veces no se notan, pero en muchos casos algunas especies tienen un olor bastante acentuado, y lo mágico, según este joven, es que ha sentido que muchas especies de orquídeas liberan su perfume durante horas específicas del día.
PARA UNA LARGA VIDA
Esta bella flor sostenida por un delgado tallo, puede mantenerse por varios meses, de acuerdo con el cuido que se dé a la planta.
De acuerdo con la explicación de Hernández, cuando la flor termina de caer, el tallo debe ser cortado y la planta debe continuar con los mismos cuidados para que en promedio de dos o tres meses nazca una nueva orquídea.
Oscar Merlo, un asiduo amante de las orquídeas, cuenta con un vivero para éstas, que asegura son las flores más bellas pero las más difíciles de mantener sanas y con vida.
En su vivero además de contar con orquídeas locales también se asoman muchas especies híbridas, la mayoría que ha traído desde Costa Rica, pese a su pasión por estas flores, sólo cuenta con 16 especies de ellas.
“Son muy delicadas, sobre todo las especies extranjeras y necesitan un buen cuido si las quieres ver realmente bellas”, apunta Merlo.
Y es que se debe saber que las orquídeas no necesitan de tierra, por ello al comprarlas en algún vivero no deben de ser trasplantadas, esto las mataría.
En vez de tierra se necesita que estén entre piedras, quizá volcánicas o en un tronco de árbol, pero de las recomendaciones más importantes son los cuidados que se debe tener, entre éstos no mantenerlas bajo la luz directa del sol y saber que no necesitan ser regadas a diario.
OTRAS RECOMENDACIONES
Sobre la Carretera Sur, en Managua, está ubicado el Vivero Gurdián, y los especialistas de este lugar aseguran dentro de las recomendaciones que en un 80 por ciento del cultivo de estas flores se hace bajo sombra y se requiere regarlas con una solución de fertilizante soluble en agua en promedio de tres veces por semana y sólo en días secos y de mucho viento, a diferencia de los días lluviosos, que se deben regar una vez en la semana.
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