Por Ted Anthony y Mary Foster
Boothville/EE.UU./AP
Mientras British Petroleum hace un nuevo esfuerzo para hacer frente a un flujo descontrolado de crudo de un pozo submarino en el Golfo de México — esta vez para tratar de contener la fuga, no para detenerla por completo — los indicios apuntan a que deberán pasar por lo menos dos meses antes de que cualquier solución real esté a la vista.
Ante las insinuaciones de que el ejército estadounidense debería asumir la respuesta ante el derrame petrolero, el jefe del Estado Mayor Conjunto Mike Mullen dijo el lunes que la industria petrolera está mejor equipada para lidiar con el desastre.
Las autoridades militares han revisado los elementos con los que cuentan, pero “la mejor tecnología en el mundo para ese propósito existe dentro de la industria petrolera”, dijo Mullen a la cadena ABC.
Mullen también dijo que la decisión de que el ejército encabece la respuesta debe de surgir del presidente Barack Obama.
Mientras BP realizará otro intento para tratar sólo de contener la fuga, la temporada de huracanes comienza oficialmente el martes.
El derrame ha superado a todos los demás en la historia de Estados Unidos, incluso es peor que el de Exxon Valdez de 1989. El pozo de BP ha derramado entre 68 millones de litros (18 millones de galones) y 151 millones de litros (40 millones de galones) en el Golfo de México, según estimaciones oficiales.
El derrame ocurrió después de que explotara una plataforma operada por BP el 20 de abril en un accidente en el que murieron 11 trabajadores.
“Este es posiblemente el peor desastre ambiental que hemos enfrentado en este país”, dijo el domingo la consejera de Energía y Cambio Climático para la Casa Blanca Carol Browner a la televisora NBC.
Si se utilizan las estimaciones oficiales y el derrame continúa a su ritmo actual antes de que se pueda detener en agosto, habrá liberado entre 193 millones de litros (1,51 millones de galones) y 401 millones de litros (106 millones de galones) de crudo en el mar.
