- La manera en que se puede ver la tragedia desde la distancia tiene visos de comedia
Hablar con Fabio Rubiano significa para cualquier persona que ama el teatro un privilegio excepcional. Este hombre no sólo es dramaturgo y director de sus puestas, sino que también es un actor que ha incursionado en todos los géneros y ha trabajado en la televisión y el cine.
Orjuela es uno de los dramaturgos y directores más sobresalientes del teatro colombiano contemporáneo. Estudió en la Escuela Superior de Teatro de Bogotá y en el Taller Permanente de Investigación Teatral, dirigido por Santiago García. Junto a Marcela Valencia fundó en 1985 el Teatro Petra. Ha escrito 12 obras de teatro, de las cuales tres han sido Premio Nacional de Dramaturgia, cinco han sido becas de creación, dos han ganado premios de coproducción y dos han sido escritas gracias a residencias en el exterior (España y México).
Rubiano habló con nosotros de varios temas, en especial de la obra Dos Hermanas, que estará presentándose hoy en el Teatro Justo Rufino Garay, a las 7:00 de la noche.
¿Por qué van a presentar la obra Dos hermanas y no otra de su repertorio? ¿Tienen una preferencia especial por esta obra o es por cuestiones técnicas?
Inicialmente teníamos muchos deseos de traer dos de nuestras últimas producciones, Mosca y Dos Hermanas. Mosca es una lectura contemporánea del Tito Andrónico de Shakespeare, que ha rodado en más de veinte festivales de Europa y casi toda Suramérica. La obra más violenta de Shakespeare es representada sin hechos evidentes de violencia y trabajando en un espacio no convencional con el público muy cerca. Desafortunadamente el elenco era muy numeroso y no fue posible sino venir con Dos Hermanas, que si bien no maneja una temática como la de Mosca ni toca puntos neurálgicos de la situación actual de nuestros países, sí experimenta dramáticamente con los tiempos, las estructuras y el concepto de comedia.
Según hemos observado, la crítica ha sido muy magnánima con la puesta de Dos Hermanas, ¿consideran que esta obra tendrá una buena acogida del público nicaragüense?
Los públicos nunca son iguales. Ni siquiera en Colombia, donde tenemos un público que aparentemente conocemos, las reacciones son las mismas. Tenemos mucha confianza en la pieza, además en los últimos días hemos trabajado mucho en reafinarla y eso siempre da buen resultado.
¿Podríamos decir que Dos Hermanas es una tragicomedia o una farsa? Algunas críticas han debatido bastante al respecto, pero parece que no llegan a unificar sus criterios.
Nosotros tampoco. Tenemos claro que no es una farsa. Por un lado el dolor de los personajes por la situación en la que se encuentran hace que sea una tragedia, pero la manera en que se puede ver la tragedia desde la distancia tiene visos de comedia. Todo dolor de lejos puede producir risa.
Esta obra parece que se apoya fundamentalmente en la actuación de dos Marcela, ¿no crees que esto pueda resultar un tanto tenso para el espectador que sólo verá en escena a estas dos actrices? ¿Qué recursos utilizarán para mantener el ritmo, la atención del público?
Aclaro que ya no son dos Marcela, pues Marcela Gardeazábal tuvo que ser reemplazada por otra gran actriz, muy reconocida llamada Valentina Rendón, ya se darán cuenta de su calidad cuando la vean. Respecto a los recursos, insisto en que lo más importante de un espectáculo son los actores y actrices. Marcela Valencia y Valentina Rendón tienen el ritmo, la seguridad y la exactitud que la obra requiere para imprimirle lo que la pieza necesita, tanto en lo dramático, como en lo irónico, como en lo absurdo.
¿Tienen pensado ofrecer algún taller, alguna charla o algo parecido durante su estancia en Nicaragua para intercambiar con los teatristas nicas?
Hasta el momento dictaré una charla el sábado en el marco de la Feria del Libro, acerca de la presencia de la violencia en la nueva dramaturgia. Su necesidad y su exceso.