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Influencia de

En sus casi 50 años de historia, las telenovelas mexicanas han sido capaces de dictar la moda, influir en el lenguaje, paralizar a la sociedad, modificar el horario de la oración musulmana en pleno Ramadán y hasta dar pie a disputas electorales. Con Gutierritos, la segunda telenovela mexicana transmitida en 1959, tal apelativo se empezó […]

En sus casi 50 años de historia, las telenovelas mexicanas han sido capaces de dictar la moda, influir en el lenguaje, paralizar a la sociedad, modificar el horario de la oración musulmana en pleno Ramadán y hasta dar pie a disputas electorales.

Con Gutierritos, la segunda telenovela mexicana transmitida en 1959, tal apelativo se empezó a utilizar para designar a los maridos tiranizados en su matrimonio, a semejanza del protagonista del “culebrón”, un tímido oficinista maltratado por su ambiciosa esposa.

En 1980, muchas mexicanas se peinaron con trencitas en todo el cabello, pero no en imitación de Bo Derek, sino inspiradas en Colorina, la telenovela protagonizada por Lucía Méndez y que narraba la vida de una ingenua mujer que trabajaba en un cabaret.

En cuestión de niveles de audiencia, un estudio de la firma IBOPE muestra que de los 20 programas de televisión más vistos en la historia de México, 17 han sido telenovelas, con El Privilegio De Amar en el primer lugar al conseguir una audiencia de 81.25 puntos (un punto cada 100 mil personas) el 10 de febrero de 1999.

Las telenovelas son capaces de paralizar escuelas, oficinas, cámaras legislativas y hasta recintos religiosos, como ocurrió en 1999, en Abidjan, donde varias mezquitas modificaron, en pleno mes del Ramadán, el horario de la oración porque coincidía con la transmisión de Marimar.

En febrero pasado, el final de La Fea Más Bella, versión mexicana de la colombiana Bety La Fea, humilló a la fastuosa ceremonia de los premios Oscar, que sólo captó 9.5 puntos de audiencia contra 43 de la serie.

La “fea” mexicana fue incluso protagonista del litigio postelectoral, pues la izquierda, que denunció un presunto fraude en los comicios de 2006, incluyó en su querella ante el Tribunal Electoral un diálogo de la serie en el que la heroína da a entender que votaría por el conservador y actual presidente Felipe Calderón.

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