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Unas seis mil personas toman el jueves el juramento como nuevos ciudadanos de Estados Unidos en Pomona, California. En agosto, los costos de legalización en EE.UU. subirán: una residencia o “green card” pasará de 325 dólares a 1,010. Asimismo subirán los costos de la naturalización. (LA PRENSA/AFP/GI)

Un sueño que se hace más lejano

Nuevos inmigrantes tienen cada vez menos educación y ganan menos [doap_box title=”Juez declara inconstitucional ley antiinmigrantes” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] Un juez federal de Estados Unidos declaró el jueves anticonstitucional una ley aprobada en Hazleton (Pensilvania) en 2006 en contra de los extranjeros indocumentados, lo que sienta un precedente en las medidas de los estados contra la […]

  • Nuevos inmigrantes tienen cada vez menos educación y ganan menos
[doap_box title=”Juez declara inconstitucional ley antiinmigrantes” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

Un juez federal de Estados Unidos declaró el jueves anticonstitucional una ley aprobada en Hazleton (Pensilvania) en 2006 en contra de los extranjeros indocumentados, lo que sienta un precedente en las medidas de los estados contra la inmigración ilegal.

En un dictamen de 206 páginas emitido en la localidad de Scranton, el juez James Munley prohibió de forma “permanente” que la ciudad de Hazleton ponga en marcha una ley aprobada en verano del año pasado que sancionaba a quienes dieran empleo o alquilaran viviendas a los inmigrantes indocumentados.

El juez emitió la decisión en el caso “Lozano-Hazleton”, tras una demanda entablada por la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU) en nombre de grupos hispanos, cívicos y empresariales, además de cuatro indocumentados anónimos, para frenar la llamada “Ley de Alivio por la Inmigración Ilegal”.

Munley explicó que pese a las modificaciones que realizó la ciudad de Hazleton, la ley viola la Constitución de Estados Unidos, que ampara incluso a los extranjeros.

“El genio de nuestra Constitución es que prevé derechos incluso para aquellos que no causan simpatía entre el público. En ese sentido, todos en esta nación pueden contar con igualdad ante la justicia”, dijo Munley.

“En su afán por controlar la presencia de un grupo al que considera indeseable, Hazleton violó los derechos de estas personas y de otras en la comunidad”, enfatizó el juez.

Munley también determinó que las leyes federales se anteponen a las medidas locales o estatales y que la ciudad de Hazleton no tiene poderes policiales “para poner en marcha leyes anticonstitucionales”.

La decisión del juez, que presidió un juicio de dos semanas sobre el asunto en marzo pasado, representa un balde de agua fría para los grupos conservadores,

“Que este dictamen sirva de alto a los políticos locales que piensan copiar una ley fallida y anticonstitucional como la de Hazleton”, dijo Witold Walczak, un abogado de ACLU que representó a los demandantes.

Expertos consultados por Efe coincidieron en que, aunque el dictamen no tendrá un efecto directo fuera de la jurisdicción del tribunal de Scranton, sí servirá de modelo para otros casos pendientes en los tribunales.

María Peña/EFE

Carné para todos

La propuesta de un carné de identidad para residentes de Nueva York, incluidos indocumentados, ha movilizado a la Alcaldía de la Gran Manzana, así como a legisladores municipales y estatales y activistas en apoyo a la medida del concejal Hiram Monserrate.

“Si New Haven lo hizo, Nueva York también lo hará”, fue el mensaje que Monserrate lanzó ayer a la ciudad, al igual que el del nutrido grupo de activistas y líderes religiosos que le acompañaron en rueda de prensa en la Alcaldía de esa ciudad.

María Peña/EFE[/doap_box]

NUEVA YORK/REPORTAJE ESPECIAL DE AP

La propuesta de este político de origen puertorriqueño supone dotar de un carné de identidad a los casi 8.2 millones de habitantes que tiene Nueva York, incluidos los que se encuentran en situación de ilegalidad, siguiendo la vía abierta por la localidad de New Haven, en el vecino estado de Connecticut.

El documento de identidad daría a su portador acceso a abrir cuentas de bancos, a servicios municipales como las bibliotecas, entrada a edificios de la ciudad y como identificación válida para la policía y ante la ausencia de un permiso de conducir. (EFE)

La promesa del llamado sueño americano sigue atrayendo a inmigrantes a la tierra estadounidense, pero la última ola de recién llegados enfrenta dificultades crecientes, de acuerdo con un nuevo informe.

Al compararlos con trabajadores nacidos en Estados Unidos, los últimos inmigrantes son más pobres en la actualidad que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial, de acuerdo con información divulgada por la organización filantrópica The Pew Charitable Trusts.

En el 2000, el inmigrante promedio ganaba aproximadamente 20 por ciento menos que sus contrapartes nacidos en Estados Unidos, señaló el informe, divulgado el miércoles. En 1940, un inmigrante típico ganaba casi 6 por ciento más.

Aunque en la actualidad los hijos de inmigrantes ganan más dinero que los no inmigrantes promedio, su ascenso en la escala económica ha disminuido en las últimas décadas, de acuerdo con el informe.

La segunda generación ganó 6.3 por ciento más que los trabajadores nacidos en Estados Unidos en el 2000, en comparación con casi 15 por ciento más en 1970 y casi 18 por ciento más en 1940.

Parte de la diferencia en los ingresos de los inmigrantes refleja el cambio drástico en la composición económica y étnica de los inmigrantes que llegan a Estados Unidos y nadie sabe cómo responderá la economía a ese fenómeno en el futuro, dijo John Morton, director administrativo de políticas económicas de The Pew Charitable Trusts.

“Somos cautelosamente optimistas porque en Estados Unidos ha habido una historia muy sólida de asimilación económica”, señaló.

Casi un millón de inmigrantes entran legalmente al país cada año, un incremento de aproximadamente 320,000 en comparación con la década de 1960, señaló el informe, basándose en información de la Oficina Federal del Censo del 2000 al 2005. Al menos 500,000 más llegan o permanecen ilegalmente en Estados Unidos, de acuerdo con el Centro Hispano Pew en Washington, D.C.

Los hallazgos del informe se aplican tanto a los inmigrantes legales como a los ilegales porque la información del censo analizada para el texto no diferencia entre ambos grupos.

Los inmigrantes de Latinoamérica, Asia y el Caribe comprendían aproximadamente la mitad de todos los recién llegados en la década de 1960, pero ahora constituyen casi tres cuartos de los recién llegados. Mientras tanto, el número de inmigrantes europeos y canadienses ha disminuido, halló el informe.

Lo que ha permanecido constante en las últimas décadas han sido los antecedentes educativos de los que acaban de llegar.

Aproximadamente la mitad de los inmigrantes latinoamericanos llegan con menos de un diploma de escuela secundaria, mientras que más o menos la mitad de los oriundos de Asia tienen una licenciatura o un nivel educativo mayor, indicó el informe.

Sin embargo, una educación en escuela secundaria ya no permite abrirse paso con tanta facilidad como solía ocurrir en Estados Unidos, lo cual es un desafío para inmigrantes y para trabajadores nacidos en territorio estadounidense, dijo Ron Haskins, autor del informe.

“Justo en el momento en que se piden niveles educativos más elevados, se recibe gran número de inmigrantes con baja educación”, señaló Haskins.

Damián Amancio, de 30 años, se mudó a Nueva York hace 13 años proveniente de la República Dominicana y está tomando clases de inglés con la esperanza de poder asistir a la universidad y a la facultad de derecho. Su hijo de dos años y su hija de dos meses estarán mucho mejor si él y su esposa reciben educación y pueden ayudarlos con sus tareas, señaló.

“Me percaté que en esta ciudad tengo una mejor oportunidad para mí y mi familia”, señaló. “Ser estadounidense es un futuro”, afirmó, citando un dicho popular en la República Dominicana.

Los ingresos ganados por los hijos de inmigrantes tienen estrecha relación con los salarios de sus padres y sus niveles de educación, así como con los trabajadores nacidos en Estados Unidos, halló el informe.

El país de origen también tiene algo que ver. Los inmigrantes de países industrializados tienden a ganar más que los no inmigrantes, mientras que los llegados de países no industrializados normalmente ganan menos, señaló el informe.

Para la segunda generación, los salarios de ambos grupos se acercan hacia el ingreso promedio de una persona que no es inmigrante, en especial cuando se incluye el factor educativo, señaló el informe.

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