- La iglesia Santiago Apóstol es el símbolo de un catolicismo arraigado en Las Segovias. Conserva a pesar de los años una mezcla centenaria de arquitectura, tradición y cultura religiosa
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CORRESPONSAL/Madriz
En el centro de la ciudad de Somoto se alza una estructura arquitectónica de fachada clásica que a través de sus viejas grietas permite la penetración de la luz solar o los rayos de la luna, dejando ver en su interior el resguardo de su antigüedad.
Conocida como el templo Santiago Apóstol, la iglesia de la ciudad de Somoto es frecuentada por fieles católicos que en sus largos peregrinajes, procedentes de poblados cercanos o del departamento de Nueva Segovia, y del vecino San Marcos de Colón, Honduras, llegan a rezar o a pedirles favores a sus santos que permanecen en los nichos sagrados dentro de la vieja parroquia.
HISTORIA DEL TEMPLO
La iglesia Santiago, que fue enclavada en el corazón de la ciudad de Somoto en el año 1661, tiene una estructura construida con gruesas paredes de bloques de barro que le garantizan su permanencia y no permiten que el paso de los años la deteriore.
La antigua parroquia en su interior es sostenida por catorce columnas, que con sus tres naves, permiten espacio a imágenes de santos canonizados, venerados muchos, por quienes con fe católica le rezan para que sus plegarias sean escuchadas.
A lo alto del templo se destacan la figura del Señor de los Milagros, el altar del Perdón y magníficas imágenes de la Virgen de Fátima, la Virgen María, Santiago Apóstol, patrono de ese municipio, así como Jesús Sacramental y el Corazón de Jesús.
Durante más de 400 años la imponente estructura ha sobrevivido a los muchos movimientos telúricos, dejando como huellas únicamente algunas fisuras en sus inmensas paredes construidas con adobe y piedra cantera, ceñidas con mezcla de barro y pasto seco.
LA CONSTRUCCIÓN
La antigua parroquia Santiago ha sido a lo largo de los años un centro de encuentro social y de actos de devoción litúrgica, al igual que de ceremonias religiosas, de retiro espiritual y reconciliación de los nueve pueblos que conforman el departamento madricense.
La edificación del templo inició el 9 de septiembre de 1661, obra que estuvo a cargo de los carpinteros Ángel Aguilar y Juan Vásquez, siendo alcalde en esa ocasión Guadalupe Rin, según reza una placa colocada en el interior de la parroquia.
La estructura del techo aún conserva las tejas de barro, montadas sobre 14 pilares de madera, un altar escaso de adornos y un campanario sobre vigas de madera rolliza, y que una vez fue descrita por el cronista español fraile Agustín Morel de Santa Cruz, en 1755.
En el interior de la iglesia se puede observar una antiquísima pila bautismal de concreto, que data según historiadores desde 1652, cuando fue construida nueve años antes que se iniciara la edificación de la capilla que ha permitido que se mantenga como un tesoro religioso.
Las gruesas columnas de madera rolliza de granadillo, clavadas sobre bloques de piedra labrada, son impresionantes, mientras que en el exterior se observan frondosos árboles y un antiguo campanario de hierro.
No escapa de la observación una torre de más de siete metros de alto, levantada con ladrillos y concreto, y que mantiene en sus costados cuatro relojes traídos de Alemania por los Clubes de Leones.
FIESTAS PATRONALES
Contando con el respaldo del presidente Fernando Guzmán, en 1870, el sacerdote Julián García construyó la parte frontal de la iglesia, instaurando así las fiestas patronales en honor a Santiago Apóstol, según relatos del historiador somoteño Armando Núñez.
El actual cura párroco de Somoto, padre Frutos Valle, expresó que el templo es una verdadera joya. Afirmando que su construcción “es impresionante por la anchura de las paredes de adobe sólidas y los arcos con enormes piedras canteras”.
Añade que “tuve la oportunidad de palpar con mis manos las paredes de bloque con que está construida la parroquia, son tan sólidas que no se desboronan a pesar del tiempo”, manifiesta emocionado el padre Frutos Valle.
El sacerdote relata que a la par que se levantaba el templo de Somoto también se construyeron otros como los del municipio de Totogalpa y Palacagüina, e incluso el templo de Ciudad Antigua en el departamento de Nueva Segovia.
Asegura que estos mismos templos que se edificaron a finales del siglo XVI e inicios del XVII, reflejaban para ese entonces un núcleo de fe de fieles que tenían la gran necesidad de poseer un techo para vivir su culto.
Hay muchas historias y relatos que dicen que los indios, en tiempos en que se inició la construcción de la iglesia de Somoto, trasladaban desde las montañas profundas de la zona las grandes cantidades de pilares de madera preciosa.
El SANTO PATRONO
Los feligreses católicos apegados a su fe religiosa celebran año con año las festividades del santo patrono del municipio de Somoto, Santiago Apóstol, a quien veneran y rinden culto a través de actos litúrgicos y procesiones que recorren las distintas calles de la ciudad.
El padre Fruto Valle explica que ya es tradición en la parroquia de Somoto realizar las fiestas de Santiago Apóstol, festividades que se remontan a los primeros años de la evangelización en estos lugares.
Desde entonces los somoteños celebran esta fiesta que tiene una connotación histórica en la religiosidad de este pueblo, pero que por su relevancia se ha convertido en una peregrinación de los fieles católicos trascendiendo fronteras, pues es muy común contar con la presencia de pueblos vecinos de Honduras.
ENTRE DOS SANTOS
El párroco asegura que durante la conquista española los católicos construyeron con esmero la iglesia Santiago, en vista que Somoto junto a Ciudad Antigua y Palacagüina eran grandes centros de evangelización, estableciéndose importantes misiones religiosas.
El padre Fruto Valle narra que los misioneros apuntalaron su trabajo evangelizador a que los indígenas de la zona adoraran con alma, vida y corazón la imagen del Señor de los Milagros.
El religioso asegura que los españoles trajeron a la región dos imágenes muy bien diseñadas, una de color blanco y la otra negra, a fin de que las razas pudieran identificarse con los santos, y al mismo tiempo que les pudieran brindar tributo.
La imagen de color blanco se llevó a Ciudad Antigua, donde los pobladores, tanto de ese municipio como de San Fernando, son blancos. Mientras que la otra imagen, la negra del Señor de los Milagros, la dejaron en Somoto por el color de la piel de sus habitantes.
Se señala que los indígenas dieron una acogida impresionante al Señor de los Milagros, e incluso existe la leyenda que en cierta ocasión adquirió forma humana y capitaneó un ejército para defender a los somoteños de los invasores ingleses.
“Se dice que los piratas ingleses huyeron cuando observaron un gran ejército al mando de un hombre negro con insignias de capitán, que era el Señor de los Milagros, por lo que no pudieron ingresar al territorio”, sostiene el historiador Armando Núñez.
SANTIAGO DESPLAZADO
Aunque Santiago Apóstol es el patrono de los somoteños, los pobladores veneran con mayor fervor cristiano al Señor de los Milagros, dado que fue la primera imagen que llegó a esta localidad procedente de tierras lejanas.
Los misioneros otorgaron la responsabilidad a Santiago Apóstol de proteger la Parroquia de Somoto, sin embargo los feligreses tienen como referencia principal al Señor de los Milagros, cuya festividad se da el 3 de mayo, Día de la Cruz.
Uno de los misterios que guarda la parroquia está referido a que la imagen de Santiago Apóstol siempre permanece oculta en la casa cural, en tanto el Señor de los Milagros está ubicado en el altar mayor de la iglesia.
“Lo que pasa es que el Señor de los Milagros ha penetrado inmensamente en el corazón de la gente, que todos le tienen una especial veneración, más cuando se cree que fue quien defendió a este pueblo del ataque de los ingleses”, indica el padre Frutos Valle.