Alejandro García
Los diputados deben tomar el ejemplo de El Salvador, cuyos congresistas en esta legislatura están a punto de ganarse un diez con respecto a reformas a la ley de alcoholes. Ya es hora que se acaben en las gasolineras los bochinches y asesinatos que enlutan a las familias aquí en Nicaragua y en El Salvador.
Según las reformas que están listas para ser aprobadas en esta semana, quedará prohibido todo tipo de consumo de bebidas alcohólicas en las estaciones de combustible o gasolineras. Se multará a quienes infrinjan la disposición tolerando la ingesta en el establecimiento por el que respondan.
La primera vez será sancionado con una multa equivalente a 10 salarios mínimos vigentes para el sector industrial y el cierre del local por 90 días, y la reincidencia se multará con 20 salarios mínimos, el cierre definitivo del negocio y cancelación de la licencia. En El Salvador, a pesar de todo, los partidos están trabajando por el país ya que según sus líderes las gasolineras no son cantinas.
Además la reforma prohíbe instalar cantinas a menos de 200 metros de centros de salud, escuelas, cuarteles, puestos policiales o iglesias. Las alcaldías son responsables de hacer cumplir la ley y resolver controversias.