- En discurso ante la Cumbre de las Américas
María José Uriarte R. [email protected]
El presidente Enrique Bolaños durante su intervención en la Cumbre de las Américas, que se realiza en Monterrey, México, destacó que la principal lucha de los países democráticos debe ser la erradicación de la pobreza, por ser éste el principal enemigo del desarrollo de los pueblos.
En su discurso reiteró que el mejor combate a la pobreza consiste en producir riqueza. Para ello recordó que Nicaragua ha redactado el Plan Nacional de Desarrollo que implica un proyecto de largo plazo, y que desde ya se implementa para impulsar el desarrollo en nuestro país.
Expresó que el Plan Nacional de Desarrollo tiene grandes probabilidades de obtener resultados concretos, al ser elaborado bajo el consenso de los distintos sectores de la sociedad.
Entre los otros logros que considera serán un factor determinante para generar esa riqueza, está la suscripción del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos, el que tendrá que ser ratificado este año por los respectivos congresos de los distintos países. Mencionó, además, la Unión Aduanera Centroamericana.
CONSTRUIR LA GOBERNABILIDAD CON TRANSPARENCIA
“El bienestar de nuestras naciones no debe medirse por el número de personas amparadas bajo programas sociales, sino por cuánta de nuestra gente se gradúa de los programas asistenciales, porque llega a valerse por sí misma”, observó el mandatario en su intervención en Monterrey.
Destacó que Nicaragua se encuentra en el camino de fortalecer la gobernabilidad, siendo los únicos puntos pendientes para lograrlo de forma total, la consolidación de las instituciones del Estado, en este caso los poderes del Estado.
“La gobernabilidad no se construye con palabras vacías en una suntuosa declaración. La gobernabilidad se construye fomentando un compromiso firme con las instituciones democráticas y el Estado de Derecho”, afirmó el mandatario.
Reiteró el compromiso de su administración en la lucha contra la corrupción, para lo cual se han tomado medidas concretas que no se limitan a perseguir a los corruptos y condenarlos a penas de prisión.
Enumeró entre esas medidas la creación de la Oficina de Ética Pública, que apoya al Ejecutivo a brindar sistemático seguimiento preventivo a las gestiones de las instituciones bajo su mando. Además del papel de la Contraloría, que realiza auditorías a todo lo actuado posteriormente.