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Doña Dora Segovia Martínez (a la derecha), quien acompaña a una pareja de recién casados, desapareció desde el 27 de enero pasado.

Salvadoreña salió a vender y no regresó

Heberto Jarquín ManzanaresCORRESPONSAL/TRIÁNGULO [email protected] Doña Dora Segovia Martínez, de 40 años, desapareció desde el domingo 27 de enero, cuando salió de su casa de habitación ubicada en la comunidad de Mulukukú, municipio de Siuna, a vender ropa al Triángulo Minero. Don Cipriano Torres Marín, marido de la desaparecida, dijo a LA PRENSA que su esposa […]

Heberto Jarquín ManzanaresCORRESPONSAL/TRIÁNGULO [email protected]

Doña Dora Segovia Martínez, de 40 años, desapareció desde el domingo 27 de enero, cuando salió de su casa de habitación ubicada en la comunidad de Mulukukú, municipio de Siuna, a vender ropa al Triángulo Minero.

Don Cipriano Torres Marín, marido de la desaparecida, dijo a LA PRENSA que su esposa es originaria de El Salvador, pero tenía varios años de residir en León, donde se casaron y procrearon diez hijos. Después se trasladaron a Mulukukú.

“Ella salía constantemente por necesidades del negocio y tardaba bastante tiempo en regresar, pero esta vez se extravió, y la gente que la ha visto en Shasa, Rosita y Alamikamba, dicen que está trastornada, que la han visto llorando”, expresó don Cipriano Torres.

La señora Cristina Blandón Castro, comerciante de Rosita, manifestó: “Conozco a doña Dora Segovia, en realidad se le nota que tiene dificultades de tipo emocional y habla de forma incoherente”.

El marido de la señora extraviada expresó que siente temor por la posibilidad de que ella sea víctima de los delincuentes. “Si ven que su estado de salud anda mal, le pueden robar el dinero y la mercadería”, señaló el señor Torres Marín.

“Ya recurrí a las estaciones de Policía de Siuna, Rosita, Bonanza, Alamikamba y Shasa, para que me ayuden a encontrarla; también puse aviso en las emisoras de radio locales, solicitando la colaboración de las personas que la conocen”, indicó.

Doña Dora Segovia Martínez es baja, aparenta menos edad de la que tiene, su tez es morena, pelo ondulado y habla pausado. Su marido Cipriano Torres Marín pide que cualquier información sobre su paradero se la hagan llegar a la Iglesia Pentecostés Unida de Mulukukú; también se le puede localizar en el Asentamiento “Arnoldo Alemán” o en la vivienda de José Gurdián, ubicada cerca del retén de la carretera al Atlántico, en la misma comunidad de Mulukukú.  

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