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Los vínculos entre la misión humana y visión empresarial

*José Leñero G. En una columna anterior comenté la importancia del refrán “quien no sabe a dónde va cualquier camino le da lo mismo” y como, a pesar de su sabiduría, sorprende la cantidad de personas y de empresas que viven como si esto no existiera. Para ellos lo más importante de sus tareas es […]

*José Leñero G.

En una columna anterior comenté la importancia del refrán “quien no sabe a dónde va cualquier camino le da lo mismo” y como, a pesar de su sabiduría, sorprende la cantidad de personas y de empresas que viven como si esto no existiera. Para ellos lo más importante de sus tareas es responder como en el ping pong, a las demandas que sus clientes o la sociedad les ponen cada día.

Esto me trae la imagen de un barco en una tormenta en alta mar, donde el oleaje amenaza hundirlo, y su mal capitán piensa que su única tarea es cómo enfrentar cada ola. Pero, si ese capitán da sus órdenes sin relación con su ruta y sin ver su brújula, cuando pase la tempestad ¿hacia dónde apuntará su proa?

En ese caso, un buen capitán sabe que, a pesar de la tormenta, no puede olvidar su ruta y debe combinar con ella las maniobras de emergencia y utilizar la brújula para saber, en todo momento, hacia dónde se está dirigiendo.

Así pasa también con muchas personas que ejercen buenos liderazgos en algunos procesos y fracasan en otros porque, al igual que el mal capitán, no tienen clara su misión en la vida como brújula para decidir en qué debe o no debe participar.

También las empresas necesitan tener la brújula que se llama Visión Empresarial, que consiste en una clara definición de sus ejecutivos de lo que sus clientes y demás “stakeholders” (personas y organismos que tienen relación con los servicios, acciones y actitudes de la empresa) estén viendo, a lo largo del tiempo (por ejemplo, diez años), de los beneficios que están recibiendo de sus productos y servicios.

Al revés de lo que ocurre con la Misión Empresarial, que define con el mínimo de palabras las características distintivas del accionar de la empresa, para seguir la ruta de la Visión (por ejemplo: ofrecer la mejor solución técnica y económica a cada cliente…), la expresión de ésta, al igual que la de la Misión Humana, no es algo que se pueda expresar en una sola frase.

De acuerdo con la recomendación de Stephen Covey, la Misión de cada persona debe definirse después de meditar lo que quiere que vean de su vida los que conocen su trabajo y actitudes en el campo laboral, familiar, de amigos y social, a la cual Buckingham y Coffman agregan la necesidad de que la Misión utilice sus talentos naturales. En otras palabras, la Misión debe abarcar los ámbitos fundamentales de la actividad de la persona, utilizando sus habilidades.

Del mismo modo la Visión Empresarial, debe abarcar también todas las áreas significativas de su trabajo, a las cuales Hamel y Prahalad agregan que esas actividades debe realizarlas utilizando sus “core competencies”, que definen como “habilidades singularmente excelentes que sus clientes actuales le reconocen”.

Como la vida de las empresas depende de la aceptación que sus clientes y “stakeholders”, para éstas es aún más urgente que para las personas tener esa brújula para evaluar si las acciones que se proponen, contienen peligro de caer en oportunismos o activismos improvisados que las pudieran poner en peligro de desaparecer.

* Consultor Internacional.  

Economía

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