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Tercerización

José Leñero G.* Ésta es una de las pocas técnicas gerenciales recientes, que ha recibido un nombre español original y adecuado. Es la que corresponde a la expresión inglesa de “outsourcing”. Fue hace diez años que leí un artículo del Dr. Peter Drucker, en la Harvard Business Review, en que hacía ver que las empresas […]

José Leñero G.*

Ésta es una de las pocas técnicas gerenciales recientes, que ha recibido un nombre español original y adecuado. Es la que corresponde a la expresión inglesa de “outsourcing”.

Fue hace diez años que leí un artículo del Dr. Peter Drucker, en la Harvard Business Review, en que hacía ver que las empresas habían desarrollado la costumbre de incluir bajo su techo todas las actividades complementarias y de apoyo que fueran necesarias a su rubro principal y esto lo asimilaba a los cruceros, esas grandes naves de las armadas poderosas, que llevan a bordo dos o tres mil marineros y que tienen un alto grado de autosuficiencia. Lamentablemente, esas grandes naves tienen una capacidad de maniobra limitada, lo que las hace un blanco fácil para la artillería enemiga.

El símil es adecuado para las empresas, ya que al agregar funciones de menor significado a su estructura, se recargan los costos de ellas. Así una empresa cliente que inició hace algunos años el proceso de tercerización, lo empezó en lo que se refiere al cuidado de los jardines, al aseo y a la soda de su empresa.

La novedad que encontró al dar ese paso es que, si contrataba esos servicios al mismo personal que lo prestaba, les podía pagar una suma mayor de la que ganaban, debido a que, dentro de la estructura de la empresa, esas actividades tenían que tener supervisores de más nivel, así como tenían que absorber gastos generales (servicios de compras, de contabilidad, auditoría…), cosa que los nuevos contratistas, o no tenían, o podían atenderlos con un costo mucho menor.

Para esa empresa, esos actos de tercerización fueron muy simples, ya que el único cambio fue que el personal que prestaba esos servicios dejaron de ser sus empleados, pero ésta les aseguraba la continuidad de su trabajo y mejor pago, en tanto que entregaran a satisfacción, los productos contratados.

Sin embargo, la idea de la tercerización se vio también como una gran posibilidad para disminuir muchos costos, tanto en empresas manufactureras como de servicios. En efecto, es natural que las empresas pongan atención a la forma en que se manejan sus procesos esenciales, los que los hacen diferentes y les dan ventajas competitivas. Sin embargo, labores de apoyo no siempre se hacen mejor que otras empresas especializadas o contratistas libres, lo que hace que, en muchos casos, sea buena ventaja contratarlas afuera.

Entre las actividades que puede haber ventajas en contratar afuera están servicios como contabilidad y mensajería. En las empresas electrónicas, la preparación de bases metálicas, o soldadura y montaje de piezas que prepara la fábrica principal.

En general la industria de la maquila tan generalizada en Centroamérica, tanto en lo textil como en lo electrónico, es una expresión de tercerización.

Sin embargo, errores en la selección de las partes a tercerizar, han tenido efectos catastróficos. Así le ocurrió a IBM a inicios de los 90, cuando mandó a hacer afuera piezas que conformaban su “know how”, lo que permitió que esos proveedores los vendieran también a otros fabricantes y a “clones”, lo que hizo que su cuota de mercado cayera de 40% a 8%.

*Consultor Internacional  

Economía

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