Leslie Nicolás Lacayo [email protected]
Ronald Blandón, docente investigador de la Universidad Nacional Agraria (UNA), consideró que los procedimientos de cuarentena en Nicaragua no son los satisfactorios, pues existen padecimientos que no son detectados con la premura que el caso amerita.
Mencionó como referencia que en los años 1980 se detectaron enfermedades venéreas en el ganado bovino, tales como la campilobacteriosis y la vibriosis. Ambas se alojan en el prepucio del toro y cada vez que éste realiza una monta transmite la enfermedad provocando abortos.
Enfermedades como éstas son poco detectadas cuando se importan animales y son puestos en cuarentena en fincas particulares. A esto es lo que se le conoce en Nicaragua como cuarentena domiciliar.
Estas enfermedades tampoco son detectadas en ferias ganaderas, en donde exámenes de este tipo no se realizan, según Blandón.
Para el docente la cuarentena debería ser centralizada para así evitar una mayor contaminación.
Existen una serie de enfermedades que tienen que ver con la higiene del animal y la forma de manejo que utiliza el productor.
La mastitis por ejemplo proviene de un mal manejo en la higiene, esta enfermedad es provocada por bacterias que se encuentran en el medio ambiente donde está el animal.
“Yo soy de la opinión que a medida que exista mayor control sanitario en el animal, en esta medida obtendremos productos de mayor calidad”, agrega Blandón.
MAL COMIDOS, MÁS PROPENSOS
La mala alimentación del ganado es uno de los factores que propician que el ganado bovino sea más vulnerable a las enfermedades crónicas, señaló
“No dudo que la mala alimentación en el ganado sea un mal precedente que provoque bajos rendimientos productivos”, aseguró Blandón.
Enfermedades como la piroplasmosis y anaplasmosis provocadas por protozoos (cuerpos microscópicos) que se presentan en el ganado bovino cuando hay una pobre alimentación.
Blandón asegura que el ganado más débil o mal alimentado es el que comúnmente no resiste a estas enfermedades y es el que primero muere. “Por ejemplo la rinotraqueítis es una enfermedad que puede llegar a contagiar hasta un 85 por ciento del hato, provocando una mortalidad entre el cinco y 10 por ciento, pero los animales que van a morir serán los más débiles”, señala Blandón.
La leucosis bovina es otra de las enfermedades que ataca las defensas del ganado y si éste no está debidamente alimentado la enfermedad puede provocar mayores estragos.
“Creo que mientras los profesionales y las instituciones encargadas de diagnosticar este tipo de enfermedades no tomen con más responsabilidad su papel los rendimientos productivos seguirán bajos. Una vez que se ponga en claridad y se tome en serio la prevención de esta enfermedades hasta ahí seremos responsables de que éstas existan”, agregó.