Edgard Rodrí[email protected]
edgard rodriguez c.
Quien haya tenido la oportunidad de entrar al Astrodome de Houston, seguro habrá experimentado esa sensación que te transporta al futuro sin despegarte del presente.
“Es un estadio con carácter, con personalidad”, señala Tito Rondón.
Y ciertamente el sentido de modernidad, el confort y las facilidades que brinda ese majestuoso parque, no podrán ser borradas por el “Enron Field”, convertido ahora en una pesadilla para el pitcheo de Houston.
Dicen que los tirador de los Astros tienen la sensación de tener las gradas del letf a sus espaldas. Y efectivamente, la frecuencia de jonrones se ha multiplicado ahí. Sin embargo, el traslado se dio por razones fundamentalmente económicas.
No obstante, una de las cosas que más emociona del Astrodome, es encontrar una placa en la que está inscrito el nombre de René “El Chelito” Cárdenas, el destacado locutor pinolero que se ha pasado su vida en el big show.
Los narradores nicas en las mayores, constituyen la otra parte, por supuesto clave y que nos enorgullece, de la familia nica en Grandes Ligas, tal como me lo recuerda Léster Avilés desde Miami. Ellos también nos representan.
Uno de esos representantes ha sido Julio González, cuya exitosa carrera de 21 años detrás de un micrófono en las Mayores, fue frenada bruscamente cuando se le privó de su libertad, acusado por delitos que no se le pudieron comprobar.
Julio ha recuperado su libertad y está fajado en la pretensión de volver a instalarse en el mundo de las Grandes Ligas… Inicialmente trabajó para Oakland, pero ha sido fue San Francisco donde consiguió su establecimiento total.
“Quiero presentarte a alguien”, me dijo Marvin Benard en el ya clásico restaurante Las Tinajas en San Francisco… Era Julio González, a quien había conocido cuando estuvo en el país acompañando a Orlando Cepeda hace unos años.
“Dios me ha traído de regreso y estoy feliz de tener la oportunidad de trabajar para ver si es posible abrir de nuevo un espacio en las transmisiones”, dice Julio, quien se sorprendió de la solidaridad que tuvo mientras estuvo apresado.
Me alegró mucho ver a Julio libre y con muchos deseos de retornar a su labor. Así como nos alegra el ascenso de Mairena, la proyección de Padilla y la estabilización de Benard, también nos satisface ver a los nicas fajados en la radio.
Róger Mejía constituye la última adquisición pinolera por un club de liga mayor. Y curiosamente, Mejía debutó una noche cuando Julio González llegó solo a Miami y necesitaba una “manito” de alguien. Y entró Mejía a fajarse.
Además del “Chelito”, también han desfilado entre otros Tito, Evelio, el “Fat” García, Ramón Rodríguez, Edgard Martínez y Julio, mientras aún persisten Mejía y Enrique Oliú, el matagalpino que se faja con Tampa Bay.
Ellos también forman parte de la gran familia nica en las Grandes Ligas.