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Los Derechos Humanos y el Código de Etica policial

Jefes policiales no deben mezclar sus negocios con el trabajo Ary Neil Pantoja [email protected] Gonzalo Carrión, del Departamento Jurídico del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), piensa que este código debe establecer claramente las funciones de la Policía, así como su relación con otros organismos e instituciones, para que éstas no entren en conflicto con […]

  • Jefes policiales no deben mezclar sus negocios con el trabajo

Ary Neil Pantoja [email protected]

Gonzalo Carrión, del Departamento Jurídico del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), piensa que este código debe establecer claramente las funciones de la Policía, así como su relación con otros organismos e instituciones, para que éstas no entren en conflicto con las acciones que ejecutan en la práctica.

A juicio de Carrión, deben quedar claras, por ejemplo, las actividades que realiza la Asociación “Amigos de la Policía”. Dentro del Código de Etica debe quedar establecida cuál es la función y la relación entre la Policía Nacional y esta Asociación, para evitar un conflicto de intereses.

“Es necesario que haya un mayor respeto a los derechos individuales de los ciudadanos cuando los agentes ejecutan sus funciones y que el código garantice un trato igualitario (sin distingos de ningún tipo) al ciudadano por parte de los policías”, propuso.

Según Carrión, no es necesario tener un buen salario para no robar, sin embargo, dejó clara la necesidad de aumentar el sueldo a los policías para evitar los actos de corrupción.

Elogió el esfuerzo de la institución en establecer un Código de Ética, si eso conlleva a un mejoramiento de la calidad del servicio que prestan a la sociedad. “El Código de Ética enfrentará serios riesgos si a la par y simultáneamente no se establecen políticas de tipo presupuestarias que garanticen mejores condiciones al policía en su trabajo”, opinó.

También debe indicarse en el Código que todos los miembros de la Policía, principalmente los jefes, hagan su declaración de probidad y que cuando asuman un cargo de importancia en la institución, traspasen sus bienes a terceros para que no haya un conflicto entre sus funciones policiales y empresariales. En este sentido el Código de Ética es un verdadero reto para la Policía.

Lino Hernández Trigueros, presidente de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), dijo que lo más importante (que debe contener el Código) es que como funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, su primera obligación es precisamente cumplir la ley.

Como iniciativa, el Código está bien, pero su aplicación debe llegar hasta la base, es decir, hasta el agente de línea que se encarga del cateo y la captura y a los órganos que son considerados “más represivos” dentro de la institución policial como es el caso de las Brigadas Especiales (Antimotines) y de patrullaje como la Unidad “Ajax Delgado”, que se caracterizan por emplear la fuerza.

Deben aplicarse otras políticas que complementen y hagan efectiva la aplicación del Código en el sentido de respetar los derechos humanos de los ciudadanos. Debe incluir una capacitación permanente para las fuerzas policiales, particularmente a las que están en constante contacto con el público.

También hay que adoptar medidas efectivas frente a las denuncias de la ciudadanía en contra de policías; y fortalecer la inspectoría policial.

A la par de estas normas de conducta, también debe establecerse, de alguna manera, sanciones para castigar severamente, incluso judicialmente, a los miembros de la Policía a los que se les compruebe actos de corrupción.

Lo más importante es que un código de ética es algo que debe ser interiorizado (por los agentes) porque si no, no funciona. Más allá del cumplimiento de reglas, condiciona la actuación y conducta de las personas y no hacen algo porque estén convencidos de que esas acciones van a afectar personal e institucionalmente.

“Es una buena intención, pero hay que complementarlo con otras políticas adicionales, como la capacitación permanente en materia de derechos humanos y el uso de la fuerza; además de reconocimiento a quienes se destaquen, y castigo a quienes se excedan en sus funciones”.

Ignacio Díaz Brenes, presidente de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), cree que “este Código debe regular la actuación, conducta, comportamiento, funciones y procedimientos de los miembros de la Policía basado, principalmente, en la vocación de servicio que deben tener. Hay que hacer énfasis brindar un servicio sin discriminación alguna de los ciudadanos”.

Es importante que los policías tengan un salario acorde con la labor que desempeñan para garantizar un mejor servicio y evitar la corrupción interna.  

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