Es hijo de un militar sandinista y desde pequeño ha sido comerciante ambulante. Votó por Daniel Ortega en 2006, pero poco tiempo después se arrepintió. A partir de abril de 2018 se volvió opositor al régimen, lo que ha provocado que lo encarcelen unas cuatro veces y lo asedien casi a diario.
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¿Cuál es su primer recuerdo?
Agarrando cangrejos con mi papito René (abuelo materno).
¿Cuál es su comida favorita?
La mojarra.
Una mujer que admire…
La madre Teresa de Calcuta, por su entrega total hacia la humanidad.
¿Con quién le hubiera gustado tomarse un café?
Facundo Cabral.
¿Qué lo inspira a seguir en la lucha contra el régimen?
Saber que estamos en el lado correcto de la historia.
¿Ha estado cerca de la muerte?
Muchas veces, con machetes o armas me han querido asesinar. Varias veces después de 2018.
¿Se puede definir en una palabra?
Sí, soy un milagro.
¿Un sueño que no ha cumplido?
Ver a mi Nicaragua libre.
Si pudiera saber algo del futuro, ¿qué sería?
Si mis hijos estarán bien.
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¿Qué quería ser de niño?
Doctor.
¿Tenía un juguete favorito?
Una patineta, con la que me chimaba las rodillas.
¿Qué lo pone nervioso?
La Policía.
¿Qué eliminaría del mundo?
El odio.
¿Cuál ha sido un momento vergonzoso?
El 24 de diciembre de 2014, fui a las protestas campesinas contra el canal, pero estaba bien tomado. Fue bien vergonzoso, después no quería pasar por ese lugar.
¿Qué es lo más loco que ha hecho?
Enfrentarme a la guardia orteguista.
Una frase favorita…
El hombre que desista de sus ideas: o no valen nada sus ideas o no vale nada el hombre.
Un mensaje para Nicaragua…
No perder las esperanzas, la fe y el amor. Si alguien dijo que esto era fácil, estaba engañando.