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Violencia sexual a niñas y adolescentes en Nicaragua es «alarmante», advierten especialistas. LA PRENSA / Unicef

En 2019, una décima parte de los 166 feminicidios fueron catalogados al comienzo como desapariciones, según la Defensoría. LA PRENSA/ARCHIVO/Unicef

Violencia sexual a niñas y adolescentes en Nicaragua es «alarmante», advierten organizaciones

En menos de 24 horas, se registraron dos violaciones sexuales a niña de 2 y 4 años. Los abusadores fueron identificados como familiares

En menos de 24 horas, organizaciones feministas y no gubernamentales que trabajan con la niñez, denunciaron el abuso sexual de dos menores, una de 4 años y la otra de 2 años. Los hechos han causado indignación en los nicaragüenses quienes hacen virales las denuncias para que se logre capturar a los abusadores, que han sido identificados como personas cercanas a la familia; en ambos casos padrastros.

La situación de vulnerabilidad de niñas, niños y adolescentes en Nicaragua, tras la crisis sociopolítica y en medio de la actual emergencia sanitaria por el coronavirus, es «alarmante» señalan especialistas. Marvin García, de la Federación Coordinadora Nicaragüense de ONG que trabajan con la Niñez y la Adolescencia (Codeni), advirtió que las dos crisis que atraviesa el país provocará que en este año se «disparen» los casos de violación sexual. «Con esto de la cuarentena, muchos niñas, niños y adolescentes son víctimas de violencia en todas sus dimensiones, porque hay mayor vulnerabilidad cuando pasan las 24 horas en la casa», declaró el también coordinador del Observatorio de Derechos Humanos de Codeni.

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Marycé Mejía, enlace nacional de la Red de Mujeres Contra la Violencia (RMCV-Nicaragua), coincidió con lo señalado por Codeni y agregó que el confinamiento ha aumentado la vulnerabilidad de las mujeres en temas de maltratos, violencia sexual y hasta femicidio, pero aclaró que en el mismo escenario las niñas se ven tres veces más indefensas. «Ellas por ser menores, por no tener la suficiente fuerza para defenderse y hablar son triplemente vulnerables, la violencia sexual parte del abuso de poder de personas de confianza o lejanos sobre las y los menores», señaló Mejía.

Hogar menos seguro para la niñez

Los defensores de derechos expresaron que la «casa» es el lugar más inseguro para muchos niños y niñas, porque más del 62 por ciento de los abusos sexuales ocurren en ese espacio privado y los abusadores son miembros de la familia o personas allegados y de mucha confianza. Como papas, tíos, abuelos, padrastos o vecinos.

García adelantó sobre un estudio que Codeni está realizando con los menores de edad donde se refleja que efectivamente permanecer todo el día en la casa lo afectan porque «te dicen que están sufriendo violencia verbal, física en sus casas, misma problemática que también lo ven en la calle por la inseguridad y el desempleo, y además dicen que como los padres están enfocados en buscar ingresos para sobrevivir no conversan con sus hijos», mencionó.

Violencia sexual a niñas y adolescentes en Nicaragua es «alarmante», advierten especialistas. LA PRENSA / ILUSTRATIVA
Violencia sexual a niñas y adolescentes en Nicaragua es «alarmante», advierten especialistas. LA PRENSA / ILUSTRATIVA

Mejía agregó que en muchas familias el tema de abuso sexual se continúa viendo como un «tabú» y por eso de cierta manera algunos prefieren callar o hacer caso omiso a la grave realidad que se viven en los hogares, a eso se suma las condiciones en la que viven, tanto económicas como materiales, sea en el campo o la ciudad.

Pasividad y negligencia del Estado apremian

Ambos especialistas cuestionaron la pasividad e indolencia del Estado de Nicaragua que no garantiza los derechos de la niñez y la adolescencia. A criterio de García las autoridades competentes – en este caso la Policía Nacional y el Ministerio Público – facultadas para hacer cumplir la justicia «han tomado una actitud pasiva y negligente al momento de actuar por las denuncias que la ciudadanía hace, esto es alarmante, porque están más enfocados en resolver asuntos de intereses políticos y partidario y no dan la debida atención a los casos de violencia a la niñez, adolescencia y mujeres», denunció.

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En seguida mencionó que en el país las políticas de protección especial para este sector han estado de «adorno» por parte del Ministerio de la Familia. García insistió en que la inacción de las autoridades ha «decepcionado a la gente porque no están dando respuestas, hay un boleo, de la Policía hacia las comisarias e incluso hasta el Ministerio Público que causa frustración e incertidumbre de las familias porque no se hace justicia». Por su parte, Mejía insistió en que el Gobierno de Nicaragua «debe cumplir con su deber de garantizar protección a las niñas, niños y juzgar a los abusadores».

Denuncias por violación sexual a niñas

De acuerdo a las estadísticas del Observatorio de Codeni entre el período 2018 y 2019, los delitos por violencia sexual hacia las niñas, adolescentes y mujeres ha aumentó en más del 25 por ciento. En 2018, la Policía Nacional reportó 1, 627 denuncias por delitos sexuales en mujeres y en 2019 se contabilizan 2,171 denuncias. En más del 78 por ciento de los casos las principales víctimas son niñas y adolescentes mujeres menores de 17 años. En ese mismo período las denuncias por delitos sexuales cometidos contra niños y adolescentes varones aumentó en un 46.7 por ciento.

En contraste, el Instituto de Medicina Legal en 2018 realizó 3,533 peritajes por violencia sexual a niñas, adolescentes y mujeres, en 2019 aumentó a 3,962 peritajes, que representó un aumento del 12 por ciento. En más del 80 por ciento de los casos las víctimas fueron niñas y adolescentes mujeres.

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Para Codeni, le resulta alarmante que haya una diferencia de más de 2,000 casos de violencia sexual entre una institución y otra. También señala que la Policía Nacional en 2018 registró una reducción de más del 35 por ciento en las denuncias por delitos sexuales contra niñas, niños y adolescentes con relación al 2017. Lo que indica que las familias afectadas no están denunciando los delitos ante las autoridades policiales, lo que genera un alto grado de impunidad y alienta a los agresores a seguir cometiendo más delitos ante la pasividad de las autoridades policiales y resto de operadores de justicia. García denunció que desde este año ambas instituciones no publican la información que les permita identificar el panorama en el país.

Señales de alerta y recomendaciones

Ante estos abusos Mejía brindó una serie de recomendaciones a los padres de familias para que identifiquen algunas señales en casos de abuso sexual. En primera instancia orientó que los tutores deben manejar el tema de abuso sexual y ver el escenario de que en Nicaragua es una realidad grave.

Las señales podrían ser: el cambio de conducta del menor, sensibilidad (lloran fácilmente), aislamiento, defensivo al contacto físico (agresivo o pasivo más de lo normal), nivel de hiperactividad alarmante, signos en su cuerpo o infecciones en genitales, comportamiento extraño con algún miembro de la familia, principalmente con hombres.

Las recomendaciones principales son conversar con los niños, niñas y adolescentes, escucharles, dedicarles tiempo y sobre todo creerles.

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