Cuando uno está pequeño suele ver a sus padres trabajar en una empresa o bien dirigiendo las operaciones de su propio negocio. Lo que en ese momento se desconoce, si los padres son emprendedores, es ¿cuál de los hijos continuará con el legado? O ¿quién de ellos desarrollará las habilidades para llevar el negocio a una segunda o tercera generación?
Tres primos, tres negocios, tres historias de aprendizaje, con la similitud que sus padres fueron quienes les enseñaron todo lo necesario para seguir adelante con la idea en la que crecieron desde pequeños.
Isayana Rodríguez, Yohany López y Meyling Pérez, los une no solo la sangre de primos en primer grado sino también que son emprendedores que se han arriesgado para conquistar sus sueños: dos enfocadas en la rama de la belleza y estética, y él en el sector gastronómico.
Rodríguez es la mayor, tiene 37 años, está casada y ha sacado adelante a 4 hijos. Toda su infancia y adolescencia la recuerda entre tijeras, planchas para pelo, fijadores y tinte; ayudando a su mamá Johana López en el salón de belleza que heredaron de la abuela en el Mercado Roberto Huembes, en Managua.
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“Después de clases y los fines de semana era normal ver a mi mamá en su esfuerzo por atender a las mujeres que llegaban. Era común que a veces por el lleno me pidiera le ayudara a calentar agua, barrer pelo o mezclar tintes, esa fue la forma como nos sacó adelante”, recuerda Rodríguez, propietaria de Star Salón.
Ella aprendió observando a su abuela y mamá. Fue a los 18 años que empezó oficialmente en el salón que lleva más de 30 años en el mercado.
Una forma de generar ingresos y en su momento la oportunidad para independizarse ya que estando con su mamá muchas clientas también la buscaban.
Innovar para crecer
Como profesional de la comunicación, Yohany López estaba en la cúspide de su carrera como redactor económico; con reconocimientos que iban desde la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua hasta la principal escuela de negocios en Madrid, España, IE Businnes School.
López siente que cumplió decenas de sueños en su carrera, estudiar en el exterior y recibir consejo de primera mano de empresarios y emprendedores de Nicaragua y la región en sus coberturas.
Los consejos que por años escuchó más un tiempo de reflexión en mayo de 2017 fueron la pauta para que López decidiera enfocarse de lleno en su nuevo proyecto de tiempo completo: Familys Pizza.
“Fue un tiempo de valorar, oré mucho a Dios para que me guiara y entendí que había una gran oportunidad de hacer crecer el negocio que mi mamá había comenzado en noviembre de 2009”, cuenta López, quien también recuerda haber estado muchas veces en el salón de su tía Johana con su prima Isayana, entre juegos y pláticas, era el punto donde los primos se encontraban un fin de semana.
López comenzó en la pizzería como ayudante de cocina, estuvo en atención con su mamá María José Salmerón y fue responsable de turno. Hasta que un año después le asignaron, aún siendo universitario la administración de un segundo local, para que lo hiciera crecer con los consejos que había recibido.
“Si de algo le doy gracias a Dios es el ejemplo de trabajo que mi mamá me enseñó, es de lo mejor que ha hecho conmigo, enseñarme a defenderme en la vida, aprender a atender y conocer el gusto del cliente para satisfacerles”, dice López.
Siempre ir más allá
Meyling Pérez, actualmente tiene 25 años, es la menor de estos 3 primos emprendedores y de una serie de familiares con negocios propios. Al igual que Rodríguez, creció junto a su mamá en un salón de belleza y sabía que era un ramo que le dejaría la oportunidad de salir adelante.
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Pérez aprendió de forma general de su prima Isayana lo básico, así como de su mamá.
Tanto Rodríguez como Pérez recuerdan que entre ellas practicaban lo que aprendían en los seminarios y en muchas ocasiones en el pelo del primo Yohany a quien con frecuencia aún se lo cortan, así como a su mamá.
Es así que Pérez encontró en la podología y estética la combinación perfecta para dirigirse a un nuevo nicho, sumado al auge de atención en el cuido de las uñas, tanto de manos como de pies.
Con los años
En cada reunión familiar los primos se miraban, platicaban, preguntaban cómo iba el negocio, hasta que un día se dieron cuenta que debían sumar esfuerzos, apoyarse entre ellos y promocionarse en alianza para llegar a más clientes.
Ninguno jamás imaginó este punto, en el que se reunieran para identificar oportunidades, para diseñar promociones en sus páginas o ir a algún medio o capacitación.
Los tres entienden que la formación continua es clave para seguir adelante, para hacer el negocio no tan tradicional y darle un nuevo enfoque.
En tiempos de Covid-19
La pandemia mundial del Covid-19 ha sido un freno para las economías de todos los sectores y estos emprendedores cuentan que han suspendido operaciones, se les han bajado las ventas, mas no el ánimo por seguir adelante con sus metas y sueños.
López, quien administra la pizzería, explica que en mayo cerraron uno de sus locales temporalmente y que en otro atienden mucho servicio para llevar y mediante aplicaciones móviles.
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Rodríguez, por su parte, quien mes a mes recibe entrenamiento por parte de sus proveedores, suspendió operaciones unos meses, pero los compromisos la han motivado a la reapertura y atender con previa cita en su salón.
Pérez, por su parte, reconoce que el sector puede estar deprimido pero que la belleza de una mujer y el autoconsentimiento también son importantes en estos tiempos.
Se apoyan entre sí
Los 3 entrevistados coinciden en un aspecto y es que quien tiene negocio lo hace para ser rentable, ganar y contribuir con sus colaboradores y el entorno.
Jamás imaginaron que de aquellos juegos en el salón de la tía, de aquellas reuniones familiares, ahora los tres se sienten a generar ideas y buscar alternativas que en sus giros les permita seguir siendo rentables, tanto en la belleza como el sector gastronómico.