Emiliano Chamorro
El cardenal Leopoldo Brenes es tan sencillo que le dice a la gente que lo pueden llamar como deseen, igual les dice a los periodistas. Sin embargo, dentro del rango eclesiástico, el arzobispo de Managua ha alcanzado la dignidad más importante después del papa, como es la de ser cardenal de la Iglesia católica, convirtiéndose de esa forma en miembro del Colegio Cardenalicio, quienes apoyan al papa Francisco para gobernar a la Iglesia.
“Yo pido a Dios que me mantenga siempre en la misma actitud, que me dé siempre la sencillez y mi forma de ser y pensar que ha sido la de estar siempre al lado de los feligreses, mis párrocos y hermanos obispos. Solo le pido a Dios no caer en la tentación de cambiar”, afirma el arzobispo de Managua, el segundo cardenal en la historia de la Iglesia de Nicaragua.
El cardenal Leopoldo Brenes tiene una cercana amistad con el papa Francisco, quien el pasado 12 de enero lo nombró cardenal. Ambos trabajaron junto a otros obispos el documento de Aparecida, que le dio un nuevo empuje evangelizador a la Iglesia latinoamericana.
LA PRENSA conversó con el cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano sobre distintos tópicos de la vida de la Iglesia y el país.
Cardenal usted participó en el documento de Aparecida, que fue preparado por el actual papa cuando era cardenal, en el 2007, y él pide allí una Iglesia misionera. ¿Cómo marcha la Iglesia en la actualidad?
Esto es un proceso, de por si la identidad de la Iglesia católica es ser misionera, pero hay momentos dados que bien podríamos decir que nos hemos dormido en nuestros laureles: pero nos hemos ido instalando. Yo sentí en Aparecida un golpe fuerte del Espíritu sobre la Iglesia católica en América Latina y el Caribe. ¿Por qué? Porque allí se comienza a promover la misión permanente donde asumamos nuestra identidad se ser discípulos y misioneros.
¿Y en ese Espíritu avanza la Iglesia?
El Espíritu va conduciendo a la Iglesia. Después de Pentecostés es el Espíritu Santo que está conduciendo a la Iglesia. Pero el Señor quiere una Iglesia misionera de forma permanente. Y el Señor conduce a la Iglesia en este momento de la historia.
¿Cómo está la labor misionera de la Iglesia católica en Nicaragua?
La Iglesia católica en Nicaragua viene tomando una gran fuerza. Todas las Diócesis tienen sus planes misioneros, también las parroquias. Lo importante es que todos los miembros de la Iglesia nos sintamos misioneros.
Tomando en cuenta lo de Aparecida, en 2007, ¿cree usted que hay un despertar de la Iglesia?
Yo digo que sí. Aparecida, por medio del Espíritu Santo, dio un zarandeo a la Iglesia y muchos lo vemos como un nuevo Pencostés o sea para aquellos que estábamos un poco como apagados, aquellas parroquias han experimentado un despertar, igual pasa con los equipos de animación pastoral. Los jóvenes están entusiasmados. Ahora tenemos hasta infancia misionera. Hemos visto ese despertar en nuestros laicos y vemos la dinámica de las parroquias. Hay visiteo casa por casa y yo siento que Aparecida ha significado un nuevo Pentecostés para la Iglesia en América Latina.
Cardenal desde su nueva responsabilidad cómo va a contribuir para que ese nuevo Pentecostés se continúe fortaleciendo en la Iglesia?
Bueno en primer lugar mi misión como cardenal no es estar sobre mis hermanos obispos en Nicaragua, yo sigo siendo miembro de la Conferencia Episcopal y también estando en comunión con las misiones que se nos encomiendan. En este momento a mí se me ha encargado la formación del clero y seguiré trabajando y si me piden seguir trabajando en otra comisión lo haré. Mi misión primera es ser el pastor de esta Iglesia que peregrina en la Arquidiócesis. Ser cardenal no es un poder, ni estar por encima de mis hermanos obispos. Yo sigo siendo el arzobispo de Managua, pero con la responsabilidad de apoyar al papa Francisco dentro del Colegio Cardenalicio.
¿Dónde cree usted se debe fortalecer la Iglesia católica en Nicaragua?
En primer lugar debemos seguir fortaleciendo a la familia en Nicaragua. La familia es la célula clave de una sociedad, si la familia se cae yo pienso que la nación y el país pueden perecer. Por eso lo miramos nosotros la Conferencia Episcopal una cosa muy hermosa porque en septiembre habíamos decidido proclamar el Año de la Familia en Nicaragua y en octubre el papa Francisco anuncia que va a preparar un sínodo sobre la familia, entonces miramos ese acontecimiento como una acción del Espíritu Santo. Incluso la encuesta que nos pidió el papa realizáramos en todo el mundo nos da material para ver cómo está la familia en Nicaragua y cómo preparar todo un proyecto pastoral para este año y los futuros.
¿Cómo ve la Iglesia la participación de los jóvenes en el quehacer pastoral?
Eso es algo muy hermoso, los jóvenes están participando en la vida de la Iglesia y eso es lo que necesitamos una pastoral con pasión de servir en la misión. En los jóvenes nosotros tenemos el presente y el futuro de la Iglesia y también tenemos el futuro de la familia. Hoy lo que más necesitan los jóvenes es ser escuchados y es allí donde la Iglesia debe escucharlos y guiarlos, orientarlos con amor y cariño como lo hacía Jesús.
¿Cómo el cardenal Leopoldo Brenes va a colaborar con el papa Francisco para gobernar a la Iglesia?
Toda misión de cardenal es colaborar con el papa en la dimensión pastoral. Yo me considero un pastoralista, para mí la alegría es estar cerca de la gente y así lo he hecho como párroco, como obispo. Mi experiencia como pastor será lo que yo le voy a presentar al santo padre, porque es lo que conozco y es motivo de mi alegría cada día. Claro si el santo padre me pide otras misiones estaremos a la orden de colaborarle desde mi capacidad porque él lo que nos pide es colaborarle en el servicio de la Iglesia.
Cardenal a usted la gente lo considera un pastor sencillo, accesible, cercano, ¿qué le aconseja a sus colegas obispos desde su experiencia?
En Nicaragua tenemos la dicha que todos los obispos hemos sido párrocos y somos cercanos a la gente. Todos los obispos de la Conferencia Episcopal somos pastores cercanos a la gente y eso se demuestra a través del cariño expresado por los feligreses.
La Iglesia está más abierta a la participación de los laicos y se nota en las distintas actividades pastorales, ¿es importante para el crecimiento de la Iglesia el apoyo de los laicos?
Los laicos sienten más espacios y se están comprometiendo más, están asumiendo compromisos. Y además apoyan en las catequesis y las distintas pastorales. La vida de la Iglesia son sus laicos. Una de las cosas más hermosas es que todos los agentes de pastoral trabajan de forma voluntaria.
El papa Francisco ha exhortado a sus sacerdotes ser “pastores con olor de oveja”, qué quiere decir el papa con ese llamado?
Quiere decir que estemos cercanos al pueblo y él dice que el pastor debe ir delante de las ovejas para ir marcándoles el camino, estar en medio también para poder escucharlos y también estar detrás para que también las ovejas tengan iniciativa en el camino. Así debe ser el pastor con olor a oveja. Es una cosa muy hermosa la cercanía con los fieles.
Nicaragua tiene seis millones de habitantes, ¿cómo están las estadísticas de la población católica?
Hay estadísticas que nos arrojan el sesenta y tanto por ciento. Yo creo que podemos andar entre el 65 y setenta por ciento de católicos.
Usted siempre de manera discreta se ha pronunciado sobre la realidad política nacional, ejemplo el fraude electoral, la violencia contra los jóvenes de Ocupa Inss, los cambios de los funcionarios públicos del Consejo Supremo Electoral ¿por qué se ha pronunciado monseñor en esos aspectos?
Uno como pastor escucha el sentimiento de la gente y el santo padre nos dice que no debemos poner oídos sordos a las realidades que vivimos. sin embargo, tenemos que afrontar las realidades, pero no dejarnos envolver por esas realidades o sea que nosotros como pastores tenemos que ser más objetivos, pero sí debemos ser pastores para aquellos que no tienen voz.
Si tendría que valorar a la clase política ¿qué calificación le daría cardenal?
Desgraciadamente la gente tiene mucha desconfianza en muchos de nuestros políticos y esto debe ser motivo de reflexión porque la vida política no es negativa en un país, la vida política es necesaria y tenemos que ir creando una nueva cultura por hacer política por el bien común. Yo sé que más adelante vamos a tener mejores políticos.
¿Qué consejo le daría al presidente Daniel Ortega?
Qué escuche a la gente, que creo que el gobernante debe escuchar y responder a las demandas de la población.
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