- Proyectos mínimos no resuelven, aseguran campesinas
- Demandan, hoy Día de la Mujer,
mayor atención y respuestas
inmediatas a su precaria realidad
María Antonia López M. [email protected]
Las condiciones económicas de la mujer nicaragüense de los sectores rurales son muy vulnerables, pues carecen de financiamiento, persisten los problemas de tenencia de la tierra y deben asumir una carga extraordinaria en el seno familiar.
Este panorama se extrae de la opinión de varias mujeres que participaron en el encuentro nacional de mujeres productoras dirigentes de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG).
Lidia Darce, coordinadora del Programa de la Mujer en la UNAG, señaló la situación como muy precaria, porque la integración a la producción de granos básicos y de hortalizas sigue siendo de autoconsumo, para lo cual se invierte mucho tiempo y altos costos con bajos resultados durante la comercialización.
“Con el ingreso que se obtiene por cuatro o cinco manzanas que a veces se poseen da abasto para el gasto que debe asumir una madre de cinco a nueve hijos”, indicó Darce.
En Nicaragua se han establecido una serie de proyectos dirigidos al fortalecimiento de la actividad económica de las mujeres, tales como cultivo de patio, aboneras y crianza de animales de corral, entre otros.
Pero según Darce, estos proyectos son insuficientes, “es cierto, que se han asignado tierras, algunas poseen títulos a su nombre, pero los gobiernos no les dan validez como garantía para el sistema financiero; no tenemos acceso a créditos, estamos en igual condición que los hombres”.
Añadió: “Es cierto que se han venido desarrollando proyectos y programas de patio, de huertos, pero son áreas pequeñas, y con eso no se resuelven las necesidades básicas, trabajamos sólo para la subsistencia, la mujer en el campo está marginada por la ausencia de políticas hacia ellas”.
Guillermina Morales, procedente de Rivas, indicó que la única alternativa con que cuentan es una cooperativa departamental, en la que están organizadas, pero la misma no tiene suficiente capacidad para suplir la demanda crediticia demandada.
“El año pasado tuvimos bajas en la producción de maíz, arroz y frijol, solamente el sorgo fue lo mejor, pero aun así no compensó nuestros costos”.
Aunque consideró que el hecho de estar organizadas les ha dado oportunidad de avanzar en materia de relaciones familiares, ya que han empezado a notar colaboración y reconocimiento en el trabajo de la mujer.
LA PROPIEDAD
La titulación de la tierra a nombre de las mujeres es un asunto complejo, “muchas de las compañeras han tenido que comprarlas a pesar de ser beneficiadas de Reforma Agraria, tierras que en su mayoría han sido desmembradas de cooperativas”, dijo Dolores Roa, de Mateare, municipio de Managua.
Roa explicó que actualmente están tratando de levantar un censo en cuatro departamentos del país, para determinar la condición de la tenencia de la tierra y la legalización efectiva de la misma.
UNA SUMA DE PROBLEMAS
En el encuentro las mujeres aseguran que deben hacer frente a la deficiencia de servicios básicos: salud, energía, educación
Indicaron que en las zonas secas del país es donde hay más precariedad en el nivel de vida de las mujeres del campo
Las productoras de Managua, deben hacer frente a la competencia que representan los mercados, que no solamente son abastecidos con productos nacionales sino procedentes de Costa Rica y El Salvador
Según las mujeres, no tienen conocimientos suficientes y urgen de asistencia técnica para mejorar la calidad de sus productos, aunque la metodología empleada es el cultivo orgánico.
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