Las caras de Chávez
Le decían Tribilín. Fue monaguillo, su familia lo imaginó de sacerdote y él soñaba con ser jugador de Grandes Ligas. Pero se convirtió en presidente de Venezuela. Hugo Chávez Frías, un hombre mermado por el cáncer y obsesionado con Simón Bolívar, es una figura omnipresente en Nicaragua