Alemán se escudó en sus mujeres, pero tras horas de forcejeos, rindió su rey. Pese a ello, siempre alza sus dedos gordos. El de la mano derecha se lo operarían meses después. MAGAZINE/GERMÁN MIRANDA
La cruzada para rescatar a Arnoldo Alemán
Lo han intentado con todo: a través de una amnistía, un indulto, una componenda, o por medio de una interpretación auténtica de la Ley Antidrogas. Le han rezado a la Virgen María, a todos los santos del cielo y al cardenal Miguel Obando. Su meta la han logrado a medias: «el hombre» ya está en El Chile. Al menos. Y en ese duro trajinar han aprendido una lección: para ser un verdadero arnoldista hay que ser perseverante