El “imperio” de Cuba

Reportaje - 10.06.2019
Faro Castillo del Morro lighthouse located in Havana Cuba at sunset

La pequeña isla del Caribe todavía juega en el ajedrez político internacional. Muchos la ven como la
“joya” que busca Estados Unidos detrás de Nicaragua y Venezuela, mientras que otra parte solamente espera que Cuba sea libre después de ser colonia y sufrir
guerras y dictaduras

Por Julián Navarrete

Es muy probable que Cuba sea la isla del Caribe de la que más se habla en el último siglo. Tatuada con una época colonial, la esclavitud, independencia, revoluciones y dictaduras, la historia de este pedazo de tierra de las Antillas también se puede contar desde el son cubano, la caña de azúcar, el tabaco o las diferentes razas que todavía se mezclan por su territorio.

Un meteorito o cuerpo celeste pudo haber sido el génesis de la más grande isla de las Antillas. Hace unos 65 millones de años, cuando los diferentes territorios de la Tierra dejaban de ser una sola masa y empezaban a desprenderse, un bólido espacial impactó la península de Yucatán, desapareciendo todas las especies que existían, mayoritariamente marinas.

El desastre global pulverizó pequeñas islas del Caribe primitivo y provocó hundimientos, pero también alzamientos de terrenos en los siguientes 20 millones de años. Fue así como se formó una sola masa de terreno que se llamó Gaarlandia, que se extendía hasta Sudamérica. Esta comunicación terrestre hizo posible la llegada de los aborígenes procedentes de Venezuela, a través de Honduras o Nicaragua hacia lo que hoy es el territorio cubano.

Los románticos podrían decir que desde las primeras migraciones, hace 35 millones de años, estos países —Nicaragua, Venezuela y Cuba— están unidos. Sin embargo, los primitivos no solo llegaron de estos países, sino de Misisipi y Florida, Estados Unidos, o de las demás Antillas del Caribe.

La historia, no obstante, no es tan sencilla, y la colonización española e invasiones europeas cambiaron por completo los orígenes de Cuba. Aquí es donde se puede explicar la historia nueva de la isla desde la explotación de la caña de azúcar y el tabaco.

Más adelante lo explicaremos en este escrito, pero también cómo se llegó hasta las dictaduras del siglo XX, la Revolución cubana y la figura de Fidel Castro en la historia moderna de la isla.

Fulgencio Batista, dictador cubano derrocado por los guerrilleros de Fidel Castro.
Foto: Agencias

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Juana fue el primer nombre oficial que tuvo la isla, allá por 1492, cuando Cristóbal Colón se convirtió en el primer europeo en pisar tierras cubanas. No obstante, la conquista española ocurrió hasta unos cuarenta años después, a la cabeza del también español Diego Velázquez de Cuéllar.

Velázquez de Cuéllar era el gobernante de la antigua isla Española, lo que hoy es República Dominicana y Haití. Su conquista demoró algunos años, en los que encontró alguna sublevación de rebeldes, pero se impuso por la supremacía de armas contra los nativos.

El principal rebelde fue Hatuey, de origen taíno, que había estado en la isla Española, donde gobernaba Velázquez de Cuéllar. Hatuey fue quemado vivo en 1512 y aún hoy en día es considerado el primer rebelde del continente americano.

El dominio español se extendió durante siglos, en los que resistió invasiones británicas y saqueos de piratas franceses y holandeses. Hubo varios estallidos locales de mayor o menor tensión, pero que dejaron miles de muertos.
En este momento aparece José Martí, un poeta y escritor, de baja estatura y bigote grueso, que lideró una insurrección que desató la guerra entre Estados Unidos y España. Martí murió, pero tres años después el dominio español fue pulverizado.

Esto ocurrió en 1898, es decir, 77 años después de la independencia de Nicaragua, y existen discrepancias sobre cómo analizar este momento. Para algunos representa la época de la “República Neocolonial”, en la que la isla dependía de Estados Unidos. Mientras que otra parte la llama “Cuba libre”, a como nombran al famoso cóctel cubano de ron añejo.

Lo cierto es que en los siguientes años, Cuba vivió bajo el yugo de Estados Unidos. De forma que librarse de España no fue nada gratis, a tal punto que la isla se llenó de bases militares, y fue desde entonces que Guantánamo pertenece a los estadounidenses.

El coronel Fulgencio Batista, avalado por Estados Unidos, dio golpes de estado y gobernó el país durante 26 años, hasta que el grupo de los Barbudos le quitó el poder por la vía armada. En esta parte de la historia se empiezan a elevar las figuras de Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara. No solo en Cuba, sino como símbolos de los movimientos revolucionarios alrededor del mundo.

Los Barbudos en la Revolución cubana. Foto: Agencias

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Para poder hablar de la historia moderna de Cuba, inevitablemente se debe referir a Fidel Castro, dictador del país durante 49 años, cuyo régimen político sigue en el poder, aún tres años después de su muerte.

Las calles de La Habana, capital cubana, todavía muestran murales, grafitis y monumentos del líder socialista. “Castro fue, posiblemente, el líder más importante de América Latina desde las guerras de independencia de principios del siglo XIX; y sin duda quien más influencia tuvo en la historia cubana desde José Martí, el héroe de Castro y quien luchó por la independencia de Cuba”, escribe el periodista Anthony Depalma en un artículo de The New York Times.

Su irrupción el 1 de enero de 1959, hace 60 años, día que se celebra el triunfo de la insurrección cubana, conquistó generaciones rebeldes bajo la bandera de “libertad e igualdad y humanismo”. “Nuestra revolución es humanista porque humaniza al hombre”, dijo Fidel Castro en 1959, en su primera visita a Estados Unidos como primer ministro de Cuba.

Nadie pudo imaginar, entonces, que desde su ascenso al poder en 1959 se convertiría en el hombre que más tiempo permaneció como jefe máximo de cualquier país de la era moderna: 49 años; que sobreviviría a guerras internacionales, intervenciones militares, la caída de la Unión Soviética, y miraría desfilar a 10 presidentes de Estados Unidos.

Aun los que odian y admiran el legado de Castro coinciden en que él de alguna manera representaba la esencia de los cubanos: el ingenio, la astucia y la valentía.

“En un país donde ‘vivir del cuento’ es una máxima, Fidel Castro era el cuentista por antonomasia, el más astuto de todos”, dice el periodista estadounidense Jon Lee Anderson, quien ha publicado crónicas sobre Cuba y perfiles emblemáticos de sus máximos símbolos de la era moderna: Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara.

Para Anderson, Castro fue quizás el político más astuto del siglo pasado. Para respaldar su teoría pone varios ejemplos. Uno de ellos fue el envío de unos automóviles Fiat, procedentes de Argentina, a cambio de un pagaré firmado por Castro. Por supuesto, nunca se pagó esa flota de vehículos, pero miles de cubanos disfrutaron de ellos a causa del embuste.

Otra de las picardías más recordadas de Fidel fue una entrevista realizada por el periodista Herbert Matthews, de The New York Times, en 1957, mientras comandaba a un pequeño grupo de guerrilleros en la Sierra Maestra. En realidad, en ese momento solo contaba con 17 guerrilleros. No obstante, Castro hizo declaraciones rimbombantes sobre el poderío de su ejército.

Las declaraciones funcionaron, pues Matthews escribió una entusiasta descripción de Fidel y sus “centenares” de seguidores. “Tiene ideas muy firmes sobre libertad, democracia, justicia social, la necesidad de restaurar la Constitución y realizar elecciones”, escribió el periodista.

Años después Castro reconocería públicamente que había engañado a Matthews de forma intencional, pero se justificó argumentando que lo hizo por “un bien superior”.

“Durante los años en que gobernó Cuba, los cubanos convirtieron en un pasatiempo nacional el intercambiar historias sobre las astutas proezas de Fidel Castro”, dice Anderson.

Hubo, sin embargo, planes que fracasaron estrepitosamente. Por ejemplo, durante los preparativos para la guerra de guerrillas que el Che llevaría a cabo en Bolivia, Castro le mintió a Mario Monje, el líder del Partido Comunista boliviano, sobre la verdadera naturaleza de la misión de Guevara en su país.

Castro aseguró que el Che solo necesitaba un paso seguro a través de Bolivia para empezar un levantamiento en la vecina Argentina, pero Monje percibió el engaño y se molestó tanto, que cuando el grupo liderado por el argentino llegó a Bolivia, le retiró el apoyo y tuvo como consecuencia la muerte de Guevara.

Sin embargo, el mayor fracaso de Castro fue la revelación de su acuerdo secreto para instalar misiles nucleares soviéticos en Cuba, que en octubre de 1962 condujo a la Crisis de los Misiles, que tuvo a Estados Unidos y la Unión Soviética al borde de una guerra nuclear.

Fidel Castro en toma de posesión de Daniel Ortega. Foto: Agencias

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Como ya habíamos dicho, la historia que hoy conocemos de Cuba podría contarse desde las plantaciones de azúcar y el tabaco para la producción del habano cubano. Empecemos por el primero, pues en la isla casi todos los cubanos tienen algún pariente cercano o lejano que trabajó en un trapiche o una central azucarera.

Con la llegada de los españoles comenzó el exterminio de los aborígenes debido a las matanzas y las enfermedades traídas por los europeos. Pero para sacar adelante la producción azucarera los españoles llevaron 68 etnias africanas, cuyas costumbres, lenguas y creencias religiosas se mezclaron con la de los indígenas, para dar origen a la verdadera esencia cubana que aún existe en las comidas y las lenguas de algunas zonas aisladas de la isla.

La importación masiva de esclavos africanos fue decisiva para el incipiente desarrollo de la economía cubana. Así los conquistadores españoles contaban con mano de obra barata en una colonia próspera y relativamente tranquila.
A inicios del siglo XIX Cuba ocupaba el tercer lugar del mercado mundial de azúcar. Le beneficiaba que existían todas las condiciones naturales: tierras fértiles de fácil explotación, clima adecuado, ubicación de los terrenos cercanos a las costas con accesos a puertos de embarques y bosques que proporcionaban madera para la construcción de ingenios y obtención de combustible necesarios para la zafra.

Ahí se produce la primera danza de los millones. La Iglesia y el ingenio en el Batey fueron las principales instituciones azucareras fundadas. Ese hecho trajo consigo el desarrollo de la ciencia, la técnica y la tecnología: el trapiche del ingenio en un inicio era movido por animales con ayuda de los esclavos. Pero luego llegaron a mecanizarlo, introducir la primera locomotora del ferrocarril cubano y a construir el primer buque de vapor.

A la par del azúcar, el tabaco también tuvo su gran auge. Se dice que fue traído por los aborígenes que llegaron de América del Sur, taínos, pues estos eran consumidores. Era una especie de medicina suya y la utilizaban para acompañar las ceremonias religiosas, por lo que formaba parte de sus principales cultivos.

Y fue con la llegada de los españoles que el tabaco se extendió por todo el mundo, aún y cuando se establecieron serias sanciones por su consumo en Europa. A como sucede con las drogas, entre más lo prohibían más se expandía el empleo del tabaco.

El rey Felipe V impuso el 11 de abril de 1717 un monopolio real del tabaco que se cultivaba en Cuba, decisión que ha pasado a la historia con el nombre de “Estanco del Tabaco”. De modo que era cultivado exclusivamente por hombres libres, españoles, que dieron origen al campesinado cubano.

La bonanza azucarera provocó también la entrada de miles de inmigrantes negros desde las Antillas. En el período entre 1902 y 1931, 190,046 haitianos y 120,959 jamaiquinos emigraron a la isla. Así las cosas en la isla predominan los blancos, mulatos (mezcla entre españoles y africanos) y negros.

Un campesino en plena zafra de caña de azúcar. Foto: Agencias

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Detrás del triunfo histórico de la Revolución Popular Sandinista, también estuvo el rastro de los cubanos, encabezados por Fidel Castro. En primer lugar, hay versiones de que el Frente Sandinista se fundó en La Habana, en 1961. Pero de lo que sí hay certeza es que muchos de sus guerrilleros se formaron militarmente en Cuba, y más importante todavía, que fue el líder cubano quien logró la unidad en el partido sandinista, cuando se dividía en tres tendencias: Guerra Popular Prolongada, Proletarios y Terceristas.

En el libro La Vida Oculta de Fidel, escrito por Juan Reinaldo Sánchez, exescolta de Castro, se narra una reunión en La Habana a principios de 1979, previo a la Ofensiva Final de ese año. En la reunión se encontraba Henry Ruiz, Tomás Borge, Bayardo Arce, Jaime Wheelock, Carlos Núñez, Humberto y Daniel Ortega.

—Compañeros, la unión sagrada es la condición indispensable para alcanzar objetivos —les dijo Castro, según el testimonio de Sánchez, quien afirma que grabó la reunión por orden del líder cubano.

“Todos han escrito sobre la ayuda financiera aportada de los rebeldes de Venezuela o Costa Rica. Pero no han hecho suficiente hincapié en el papel cubano”, escribe Sánchez, y agrega: “Sin el poder de convicción de Castro, las tres tendencias del FSLN no se habrían puesto de acuerdo tan de prisa”.

La relación entre el régimen cubano y la revolución nicaragüense se estrechó aún más en los años 80. Generaciones de jóvenes estudiaron o se entrenaron militarmente en Cuba. Es común escuchar a hombres que en ese tiempo viajaron para adiestrarse ideológicamente a Cuba o a algún otro país del bloque socialista de entonces.

Uno de los lugares más populares de entrenamiento de Cuba es Punto Cero de Guanabo, un campo de entrenamiento donde se han formado guerrilleros de Venezuela, Colombia, Chile, Nicaragua, entre otros países. Según varios testimonios, Humberto y Daniel Ortega entrenaron en ese lugar, además de varios guerrilleros argentinos que se encargaron de asesinar a Somoza Debayle en Paraguay, en septiembre de 1980.

Tras la caída de la Unión Soviética, que generó el Período Especial en la isla, el Frente Sandinista y el régimen cubano entraron en crisis. El partido en Nicaragua perdió el poder, mientras que el gobierno cubano tuvo una catástrofe económica que provocó hambre y miseria en el país.

Sin duda, la incursión años después de Hugo Chávez, con las arcas llenas del petróleo venezolano, le dio oxígeno a La Habana, como al Frente Sandinista que regresó al poder en Nicaragua en 2007. Algunos consideran que el acercamiento que hubo entre Estados Unidos y Cuba en 2015 pudo haber roto el bloque de países de izquierda, pero son muchos los que creen que la mano cubana se encuentra moviendo los hilos políticos y militares en las crisis de Venezuela y Nicaragua.

Cuba es uno de los países latinos con más medallas olímpicas en la historia.
Foto: Archivo

“Por la manera en que han ocurrido los delitos, son igualitos, es muy difícil que se produzcan ese tipo de acciones en esos países por casualidad, que en estos casos no existe”, aseguró Beatrice Rangel, politóloga y directora del Instituto para la Democracia (IID), quien asegura que estos planes son diseñados por Cuba.

“Los dos regímenes confrontan violentamente las manifestaciones, persiguen y torturan a los disidentes. Han destruido la institucionalidad, tanto en Nicaragua como en Venezuela, hay un poder judicial y legislativo bajo el control del ejecutivo”, describió Rangel.

Para el analista político Carlos Alberto Montaner, Ortega quiere convertir a Nicaragua en su propia Cuba. “Ortega lleva una línea similar a la de Cuba y Venezuela. Acabará apoderándose del aparato productivo y repitiendo los errores y desmanes de los años 80, que acabaron con el país y el desastre que todos conocemos. Creo que aprendió de esa lección, pero no le quedará otra que explorar la vía cubana, y esa es devastadora”, escribió Montaner en su última columna sobre Nicaragua en diciembre de 2018.

Sea cierto o falso, mito o verdad, la pequeña isla del Caribe, de unos 110 mil kilómetros cuadrados y 11 millones de habitantes, puede ser el poder detrás de Venezuela y Nicaragua, y por lo mismo considerada la “joya” que busca el actual gobierno de Estados Unidos en su política internacional. Por lo tanto, podría ser la pieza clave para solucionar ambas crisis, en las que la mano cubana quizá tenga más peso de lo que se cree.


13 cosas que no sabías sobre Cuba

Cosmonauta: El primer americano no estadounidense en ser cosmonauta fue el cubano Arnaldo Tamayo. También se convirtió en el primer latinoamericano y hombre negro en órbita y recibió los títulos heroicos de Héroe de la República de Cuba y Héroe de la Unión Soviética.

Economía: Las principales actividades son las exportaciones de azúcar, tabaco, café, productos farmacéuticos y mano de obra especializada.

Salario: El salario promedio es 584 pesos cubanos (24 dólares más o menos), pero el costo de la vida es de la siguiente manera: el transporte cuesta 0.007 dólar, el gas 0.4 dólar al mes. Sin embargo, el agua embotellada cuesta 1.51 dólares.

Medallas olímpicas: La isla posee el lugar 18 del medallero histórico de los Juegos Olímpicos y el segundo dentro de los países de América, solo superado por los Estados Unidos.

El tabaco es otro de los productos más conocidos de Cuba.
Foto: Agencias

Cultura: Ir al cine cuesta una media de 18 centavos de dólar. Los libros no tienen Impuesto al Valor Agregado (IVA) y son subvencionados por el Estado. No obstante, tiene un sistema centralizado y con censura, lo que quiere decir que la cultura no es libre y no hay mucho disponible.

Pajarito: El ave más pequeña del mundo, el zunzuncito, colibrí zunzuncito, pájaro mosca o elfo de las abejas (Mellisuga helenae), es oriundo de este país.

Médicos: En la actualidad existen 22 facultades de ciencias médicas distribuidas por todas las provincias del país. Todos los ciudadanos tienen derecho a recibir asistencia gratuita en todas las instituciones de salud. No solo la consulta, sino el tratamiento completo, la hospitalización e incluso se sufragan operaciones de corazón abierto.

Esperanza de vida: Según Unicef, Cuba es el único país de Latinoamérica que ha erradicado la desnutrición infantil, y la tasa de mortalidad infantil es la más baja de América Latina y el Caribe. En cuanto a la esperanza de vida, está en 79.24 años.

Son cubano: Este ritmo combina la estructura y características de la música española con elementos e instrumentos musicales afrocubanos. Es uno de los géneros más influyentes de la música latinoamericana. Uno de sus derivados y fusiones es la salsa.

Moneda: Cuba es el país con la dualidad monetaria más singular del mundo. Desde hace años circulan dos monedas y ninguna de ellas es divisa extranjera: el peso cubano (CUP) y el peso convertible (CUC). Un peso convertible equivale a un dólar o 24 pesos cubanos. Si alguien quiere comprar una unidad convertible deberá pagar 25 pesos cubanos, pero al venderlo solo recibirá 24.

Servicio militar: Es obligatorio después de la secundaria. Pero es de un solo año para los que van a la universidad y de dos para los que no van. Si estudian Medicina, no tienen que hacer el servicio militar. Lo cual explica por qué hay tantos médicos.

Educación: Los niños en la escuela, además de la fecha, tienen que poner: año X de la Revolución. Y estudian una historia claramente distorsionada en la que el fallecido dirigente Fidel Castro lo es todo, su líder omnipresente y los ha salvado.

Aborto: El aborto es legal y gratuito.

Calles de La Habana, capital de Cuba.
Foto: Agencias

Aborígenes

Se estima que a la llegada de Colón existían en Cuba unos 300 mil aborígenes de los grupos siboney, guanajatabey y taíno. Para 1510 la población indígena se había reducido a unas 112 mil personas, pasando a ser solo 3,900 en 1555, y desapareciendo por completo para finales del siglo XVIII. Esta debacle demográfica se produjo debido a las enfermedades traídas por los conquistadores y a las condiciones de esclavitud.

En la actualidad, la herencia indígena sobrevive en las regiones montañosas del oriente del país. Debido a que el mestizaje inicial se produjo entre hombres españoles y mujeres indígenas, hoy es posible encontrar rastros de ADN indígena entre los habitantes de la isla.

Los historiadores estiman que cuando Cristóbal Colón llegó a Cuba, la isla estuvo habitada por unos 300 mil indios. Estos grupos estaban llegando, en 1492, a un grado superior de vida, con una superestructura que ya incluía enterrar a sus muertos, y una incipiente división interna de las funciones dentro del grupo. Había un jefe o cacique y resto de la población. También destacaba un individuo encargado de las funciones religiosas. Se elaboraban pictografías y ciertos juegos y bailes.

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