Uno de los mayores motivos de orgullo de Costa Rica es haber sido uno de los primeros países del mundo en abolir el Ejército. ¿Qué han ganado los costarricenses desde que
perdieron la fuerza militar?
Por Amalia del Cid
Existe en Costa Rica una frase que los ticos aman. La dijo un político japonés de nombre Ryoichi Sasakawa en una de sus visitas a ese país y hoy se repite con orgullo en todos lados: “Dichosa la madre costarricense que sabe que su hijo al nacer jamás será soldado”.
La frase adorna artículos periodísticos, comentarios en redes sociales, discursos políticos y monumentos a la paz. En junio se la ve con frecuencia, porque es perfecta para la fiesta del Día Internacional del Niño, pero cobra mayor relevancia cuando inicia diciembre y los costarricenses celebran un año más sin tener un cuerpo militar.
El pasado 1 de diciembre, los ticos llegaron a otro número redondo: cumplieron siete décadas sin ejército. Y en las cuentas que hicieron sus economistas se confirmó que a largo plazo la decisión de eliminar las fuerzas armadas solo ha significado beneficios. Y también a corto y mediano plazo.