Un cardenal se confiesa con su barbero, un comandante ofrece disculpas a un oftalmólogo y un joyero le quema las prendas a un ministro. Con sus oficios se volvieron amigos y confidentes de personajes de Nicaragua
Por Julián Navarrete
La tijera de Luis Morales ha recortado el cabello más poderoso de Nicaragua. Su peine, navaja y máquina de afeitar han recorrido más de 60 años peinando a dictadores, presidentes, jefes de ejércitos, empresarios, ministros y altos jerarcas de la Iglesia católica.
—La atención es lo principal —dice Morales, quien a los 83 años de edad se sigue vistiendo de camisa y pantalón blancos, sin manchas, para abrir y atender en su barbería El Caballero.
El cliente más antiguo de Morales es el cardenal Miguel Obando y Bravo, declarado prócer nacional de la paz y la reconciliación en 2016, por el gobierno de Daniel Ortega. El religioso es quizás la persona que guarda los más fascinantes secretos de la vida nacional. Desde su voz crítica en la dictadura somocista, los encontronazos con el Frente Sandinista en los años ochenta, hasta ser la principal figura religiosa del actual gobierno.