En 1974, los nicaragüenses no habían logrado ningún triunfo en el deporte mundial, ni siquiera en beisbol. Un muchacho flaco del barrio Monseñor Lezcano fue quien hizo estallar de júbilo por primera vez a Nicaragua, un 23 de noviembre de 1974. Ese día se convirtió en campeón mundial de boxeo
Por Eduardo Cruz
No fue por la noche, sino por la tarde. Un sábado. 23 de noviembre de 1974. Poco antes de las 3:00 de la tarde, Nicaragua se paralizó para ver la pelea. Quienes estaban trabajando dejaron de hacerlo. Ese día, por primera vez, un nicaragüense ganaba un campeonato mundial de boxeo: Alexis Argüello. Era también la primera vez que Nicaragua ganó algo en el deporte internacional. No lo había logrado ni en beisbol, el deporte rey de los nicaragüenses.
Difícil para los historiadores del deporte ubicar desde cuando se boxea en Nicaragua. Algunos aseguran que desde 1825 se practicaba “rústicamente”. Otros afirman que esa disciplina se introdujo en el país en 1895, utilizando guantes de lona o de tela, por medio de inmigrantes, especialmente estadounidenses. Y otros explican que se propagó tras la invasión de los marines norteamericanos en 1912.
Lo cierto es que, mientras el primer boxeador en ganar un título mundial fue el estadounidense Jim Corbett, en 1892, el primer nicaragüense en pelear por uno lo hizo 80 años después. Fue el corinteño William Martínez, en 1972, quien perdió ante el mexicano Ricardo Arredondo, según explican en una tesis los licenciados en deporte Trinidad González, Leddy Duarte y Hugo Rivas.
El siguiente en probar suerte fue Argüello, el 16 de febrero de 1974, pero falló. No pudo con el campeón panameño Ernesto “Ñato” Marcel”. “(A Argüello) le faltó un poco de experiencia y agresividad para derrotarme”, confesaría años después el panameño al diario La Prensa de Nicaragua.
Nicaragua lloró esa derrota. El cronista Edgar Tijerino comenta que Alexis pulverizaba a sus oponentes y se creyó que podía demoler a Marcel. El día de la pelea, la ciudad de Panamá, donde se realizó el combate, parecía una pequeña Managua. A pesar del revés, Alexis fue bien recibido a su regreso al país.
Nueve meses después, Argüello tuvo otra oportunidad para ser campeón, enfrentándose con el mexicano Rubén “El Púas” Olivares por el título mundial de las 126 libras, peso pluma, de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Esta es la historia de lo que ocurrió aquel 23 de noviembre de 1974.
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Desde temprana edad, Alexis Argüello demostraba ambición. Como su familia era muy pobre, siempre vivía deseando cosas buenas, explicó su hermano mayor Guillermo en una entrevista con Espn. “Alexis quería todo lo bueno. Decía, algún día tendré un carro de esos. Quería salir de la pobreza”, expresó Guillermo Argüello.
Alexis creció en una calle polvosa del barrio Monseñor Lezcano y un amigo de la infancia, Uriel Molina, cuenta a MAGAZINE que en la casa había una cantina y su padre, Guillermo Argüello, conocido como “Cebollón”, también era zapatero y Alexis le ayudaba en ese oficio.
A la mamá, Zoila Bohórquez, los picados le decían “la maitra”, porque era la que mandaba en la casa.
Alexis era el cuarto de los ocho hijos del matrimonio. Su también amigo de la infancia, Donald Rodríguez, cuenta que sus pasatiempos eran el beisbol, el billar, las motos, pero jamás el boxeo.
Uriel Molina recuerda que Alexis tenía pleitos callejeros con otros chavalos porque en ese entonces, los años sesenta del siglo pasado, el barrio Monseñor Lezcano era así. El muchacho que no peleaba mejor se iba del barrio. A Alexis, asegura Molina, le pesaba la mano. Golpeaba fuerte.

En 1962, llegó un nuevo miembro a la familia de Alexis: Eduardo Andrés Mojica Rueda. Este hombre, que poco después fue famoso en Nicaragua, conocido como Eduardo “El Ratón” Mojica, se casó en ese año con una hermana de Alexis, Rafaela Marina Argüello Bohórquez.
El ambiente de boxeo comenzó a inundar la casa de Alexis, pero, poco después de la boda de su hermana, cuenta Guillermo Argüello a Espn, un vecino de la familia, de apellido Amador, se había ido a vivir a Canadá y se llevó a Alexis para ese país norteamericano, donde Alexis trabajó en una granja de cerdos. “En Canadá ganó músculos y fuerzas”, explica su hermano Guillermo.
Un año demoró Alexis fuera del país y fue a su regreso cuando comenzó a desistir de su deseo de convertirse en abogado y a interesarse en el boxeo, porque su cuñado lo llevaba al gimnasio Victoria.
Dos personas se disputan haber sido el primer entrenador de Alexis: “El Ratón” Mojica y Miguel Ángel Rivas, “Kid Pambelé”. Guillermo Argüello considera que el primer entrenador de su hermano fue Kid Pambelé, porque fue quien lo pulió.
Alexis le contó al periodista Carlos Fernando Chamorro que Kid Pambelé fue quien lo hizo un boxeador responsable y le inculcó el respeto en todos los sentidos.
Kid Pambelé era riguroso con Alexis y no le permitía que se fuera a meter a un ring con un oponente mientras no estuviera seguro de que estaba bien preparado. Pero Alexis tenía necesidad económica y a veces entrenaba con Rolando Peña, “Cantinflas”, porque este último sí le permitía ganar algo de dinero en peleas.
El primero de agosto de 1968, Alexis se fue a León y por un pago de 100 córdobas peleó con Omar Amaya, quien lo derrotó. Era su primera pelea. Alexis regresó frustrado a su casa. Le entregó los 100 córdobas a su mamá, pero ella le dio una lección, le dijo que más importante que el dinero era “el orgullo”.
Alexis comenzó a entrenar y el 26 de octubre de 1968, Alexis hace su debut oficial en el boxeo profesional en una pelea que sí contaba para las estadísticas. Fue contra Israel Medina, a quien derrotó por nocaut en el primer asalto.
Según Alexis, tras esa pelea nació otro Alexis, uno que quería ser campeón mundial. Y así se lo decía a sus familiares y a sus amigos más cercanos. Donald Rodríguez reveló en varias entrevistas que escuchaba a Alexis decir que sería campeón, pero él no lo creía porque lo veía muy flaco.
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Alexis impactaba con la fuerza de los puños a nivel nacional. Pero el 7 de septiembre de 1970 su fama cruzó la frontera.
“El Ratón” Mojica peleó ese día en San José, Costa Rica, contra el panameño Adolfo Oses, pero incidió para que su cuñado Alexis fuera incluido en la misma cartelera para pelear con un prospecto costarricense, Marcelino Beckles.
El promotor boxístico Evelio Areas le contó a Carlos Fernando Chamorro que él no quería poner a pelear a Alexis, porque creía que no podría contra Beckles, campeón gallo costarricense. “Me parecía demasiado”, recordó Areas.
Finalmente, Alexis noqueó a Beckles y “El Ratón” Mojica perdió con Oses.
Ya para ese momento, Alexis iba en ascenso. Ya era conocido en Nicaragua y comenzó a crearse expectación alrededor de él.
Muy importante en la carrera de Alexis fue Eduardo Román, un funcionario de la Empresa Nacional de Luz y Fuerza (Enaluf), quien contó a Carlos Fernando Chamorro que una vez vio pelear a Alexis cuando todavía este no era campeón y quedó impresionado.
Román mandó a llamar a Alexis para que llegara a su oficina. Alexis le dijo que ganaba 300 córdobas por pelea y Román le respondió que le iba a dar 1,500 córdobas mensuales, pero que se dedicara solo al boxeo.

Como hombre de contactos, Román llamó a un amigo en México y le pidió que le consiguiera a un buen entrenador de boxeo pero que no fuera tan caro. Fue así como llegó a Nicaragua el mexicano Pepe Morales para entrenar a Alexis.
Además, Román le comentó a Edgar Tijerino que utilizó contactos con militares panameños que habían sido compañeros de él en la Academia Militar, como el coronel Rubén Darío Paredes, responsable del deporte panameño en ese entonces, para conseguir que Alexis peleara por el título mundial de las 126 libras en poder del panameño Ernesto “Ñato” Marcel.
Según explicaría años después Marcel, la pelea se concretó después de que él visitó Nicaragua invitado por el dictador Anastasio Somoza Debayle. El combate se pactó para el 16 de febrero de 1974.
En su libro El ídolo no muere, Tijerino explica que había mucha confianza en que Alexis derrotaría al panameño. “¿Cuántos pinoleros viajaron a Panamá? No se sabe, pero en las calles de la ciudad canalera, se veían oleajes, como andar por aquí en las Avenidas Roosvelt y Bolívar antes de la catástrofe de 1972”, escribió Tijerino.
Se supone que fueron más de cinco mil nicaragüenses los que fueron a ver pelear a Alexis en el gimnasio Nuevo Panamá contra el “Ñato” Marcel.
Algunos panameños advirtieron al equipo de Alexis que no podría vencer a Marcel, incluido el promotor panameño Harmodio Icaza. “(Alexis) está muy verde todavía”, justificaba Icaza. La confianza en Alexis era tanta que Tijerino le respondió: “Alexis le arrancará la cabeza”.
Lo que no tenían en cuenta los nicaragüenses era que Marcel quería retirarse campeón. Era su cuarta defensa del título y después de la pelea con Alexis ya tenía pensado retirarse. “Hubo momentos en que me puso muy mal, pero el deseo de seguir siendo campeón me obligó a salir pa´lante”, dijo Marcel en 2003 al periodista nicaragüense Hijalmar Padilla, de La Prensa.
La bolsa de Marcel fue de 80 mil dólares, mientras que Alexis ganó 7,500 dólares.
La inteligencia fue la principal clave para que Marcel se impusiera sobre Alexis, explica Tijerino. “Marcel triunfó exhibiendo habilidad, corazón, mañas, y sobre todo cerebro, para neutralizar la potencia del retador, sobreviviendo a los momentos agobiantes y controlándolo a ratos en esos agitados últimos asaltos de un combate memorable”, escribió el cronista.
La pelea fue de 15 rounds y Alexis lloró al final de los mismos viendo cómo no pudo derrotar a Marcel. “Viva Nicaragua”, gritó, cuando lo anunciaron como el derrotado. El país sufrió con él y le reconocieron el esfuerzo con una gran recepción en el aeropuerto de Managua a su regreso. “Alexis campeón, pero todavía no”, tituló La Prensa.

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La misma noche en que Alexis perdió frente a Marcel, Eduardo Román se puso a trabajar en una nueva oportunidad de pelea por título mundial.
Román negoció con el promotor panameño Harmodio Icaza para que le ayudara a conseguir ese combate. Icaza pidió como recompensa el 10 por ciento de la bolsa de Alexis en esa nueva pelea y en las defensas que realizara de resultar campeón.
Román contó que él, como apoderado de Alexis, no le quitaba ningún porcentaje, por lo que consideró que era viable entregarle ese 10 por ciento a Icaza y el pacto quedó cerrado.
Marcel se retiró del boxeo, dejando vacante el cinturón de las 126 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Para llenar ese vacío, el 9 de julio de 1974 se enfrentaron los primeros dos retadores en el organismo, el mexicano Rubén “El Púas” Olivares y el japonés Zenzuke Otagawa. El mexicano noqueó en el séptimo asalto.
Como Alexis había perdido contra Marcel, retrocedió hasta el quinto puesto en la lista de retadores. Para que nuevamente fuera considerado para pelear por el título, tuvo que realizar una pelea con el canadiense Art Hafey, a quien noqueó en el quinto round.
El pleito se realizó en la ciudad de Masaya, en el estadio Roberto Clemente, y ubicó a Alexis nuevamente en la lista de espera, para ser el retador del ganador entre Olivares y Otagawa.
De esa forma, Alexis quedó preparado para nuevamente buscar el primer título mundial de boxeo para un nicaragüense, gracias a la negociación entre Román y el panameño Icaza.
“Contratar a Icaza y aprovechar mi fuerte amistad con Paredes fueron las claves para garantizar el futuro boxístico de Alexis pese a la derrota sufrida en Panamá,” le dijo Román años después a Edgar Tijerino.
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Después de ciertas dificultades, porque Olivares se negaba a pelear en Los Ángeles, finalmente el combate quedó pactado para el 23 de noviembre de 1974, en el Forum de Inglewood, en Los Ángeles. Quedaba en disputa el cetro de las 126 libras de la AMB.
Mientras Olivares ganaría 100 mil dólares por la pelea, Alexis se iba a embolsar 15 mil dólares, una buena bolsa para un retador en ese momento, considera Tijerino.
Rubén “El Púas” Olivares era un ídolo en México. Tenía fama de ser buen boxeador, noqueador, pero también de “parrandero, borracho y mujeriego”, explica el periodista mexicano Jorge Guerrero.
Como se ausentaba de los gimnasios y era poco disciplinado, pocos mexicanos pensaban que podría con Alexis.
Guerrero cuenta que Olivares se preparó para la pelea en el gimnasio Montebello de Los Ángeles, California, pero no se veía bien. “Los sparrings le metían las manos a placer, estaba lentísimo”, señaló el periodista.
Alexis también viajó a Los Ángeles, pero se preparó bien. Guerrero indica que el nicaragüense corría diario 50 minutos y entrenaba de 10 a 12 rounds. “Su condición física era excepcional”.

Entre los mexicanos comenzó a surgir la polémica de que en la mano izquierda Alexis tenía una placa de platino, ya que tres años antes, en una pelea que perdió ante el mexicano Jorge Reyes, se había fracturado esa mano. La duda era si esa placa podía influir en la pelea, pero el caso no pasó a más.
Edgar Tijerino cuenta que Alexis y Olivares ya se conocían, pues en 1971, cuando el mexicano peleó en Nicaragua con Vicente “Yambito” Blanco, ambos intercambiaron golpes sin saber que tres años después pelearían por un título mundial.
El entrenador de Alexis para esta pelea fue el mexicano Ramón “El Curro” Dossman, ya que Eduardo Román había prescindido de Pepe Morales tras la derrota en Panamá ante Marcel.
En el pesaje, Alexis marcó 124 libras y un cuarto, mientras que Olivares pesó 125 libras y media. Alexis sacaba ventaja en estatura, con cinco pies y nueve pulgadas contra los cinco pies y cinco pulgadas del mexicano.
El récord del nicaragüense era de 41 victorias, de las cuales 36 eran por nocaut, mientras perdía tres combates. El mexicano tenía 76 triunfos, 69 de ellos por nocaut, con cuatro derrotas y un empate.
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La mayoría de los 14,313 espectadores de la pelea eran mexicanos. Los gritos de “México” y “Olivares” eran los que más se escuchaban.
El mexicano subió al ring con una calzoneta negra con una línea blanca en los costados. Alexis con calzoneta blanca y líneas negras en los costados. Los dos calzaban botas oscuras.
Alexis tenía 22 años de edad y Olivares, con 27, se suponía que ya no era el gran Olivares de años atrás. Sin embargo, el mexicano dominó la pelea.
En el mismo primer round. Alexis estuvo a punto de caer. Olivares lo conectó con un gancho de derecha y a Alexis le temblaron las piernas. El periodista Jorge Guerrero comenta que Olivares “no tuvo hambre” de acabar con el nicaragüense en ese momento y dejó que tomara aire.
Eduardo Román le gritaba a “El Curro” Dossman que le dijera a Alexis que boxeara, que no buscara el nocaut. El promotor panameño Harmodio Icaza notó que Olivares boxeaba más.

Como los brazos de Alexis eran más largos que los de Olivares, el entrenador del mexicano, Arturo “Cuyo” Hernández, le gritaba que no se fajara y que le peleara en corto.
Alexis presionaba.
Nicaragua estaba paralizada. Todavía se confiaba en Alexis y, como si fuera el día de la gritería, se alistaban juegos pirotécnicos.
Alexis se veía bien en los primeros rounds porque había logrado mantener a distancia a Olivares, pero el mexicano comenzó a cambiar de estrategia y en los intercambios de golpes sacaba la mejor parte, aunque en un momento comenzó a sangrar en una ceja.
Según Edgar Tijerino, en el décimo round Olivares sacó lo mejor. “Esa ofensiva que desplegó Rubén en el décimo, nos obligó a meternos debajo de las butacas y pensar que casi todo estaba escrito”, recordó el cronista.
Según los especialistas, al llegar el round 13 Olivares iba adelante en las tarjetas. Él lo sabía y por eso salió confiado a ese asalto.
Ocurrió entonces lo que los mexicanos llamaron “un golpe de gracia” de Alexis. En un momento en que ambos boxeadores abrieron la guardia, cada uno de ellos soltaron la izquierda, pero la de Alexis llevaba más potencia.
Olivares cayó, pero se levantó cuando el juez había contado hasta ocho. Impaciente, Olivares retó a Alexis, quien supo aprovechar el error de su oponente y pocos momentos después le propinó un upper de derecha en el mentón al mexicano, quien cayó nuevamente.
Olivares le contó a la revista MAGAZINE que el árbitro le preguntó si podía seguir y él le respondió que sí, “pero el próximo año”.
El árbitro dio por terminada la pelea y Nicaragua tuvo por fin a un campeón mundial de boxeo: Alexis Argüello. En Nicaragua, estalló la tiradera de cohetes.