Matar, enterrar un cadáver, recoger la basura de otros. Magazine acompañó a cuatro personajes en su faena diaria. Trabajos curiosos, difíciles o sucios, pero alguien tiene que hacerlos
Por Tammy Zoad Mendoza
A TODO CHANCHO LE LLEGA SU DÍA
Algo huele mal. Y no es solamente el estiércol que flota en aguas estancadas, se trata del olor a un mal presentimiento. El camión se detiene y se parquea de retroceso para que su puerta trasera empalme con el portón de un pasillo. Un hombre embotado, de jeans y camisola sube y empieza el forcejeo.
Gruñidos. Más gruñidos. Chillidos. Sale el primer cerdo a empujones. Sale el segundo. Siguen en fila india por el pasillo hasta los corrales donde los esperan otros marranos.