Nadie los conoce, pero son famosos desde nuestros abuelos, quizás antes y todavía en la actualidad la gente los continúa mencionando. Fulano, zutano, mengano y perencejo, este último también llamado perengano, no existieron, al menos no hay hecho histórico alguno de personajes que llevasen estos nombres.
Se trata de cuatro formas gramaticales que se utilizan para aludir a alguien a quien no se le conoce el nombre o no se quiere mencionar por cualquier motivo. Estos sustantivos sí tienen un origen.
También lea: Una isla con cerdos nadadores
Fulano: proviene del árabe fulan, que quiere decir “persona cualquiera”.
Mengano: también es de origen árabe, man kan, cuyo significado se traduce como “quien sea”.
Zutano: se deriva del latín scitanus, que significa “sabido”. Que con el tiempo puede haberse transformado en citano y luego pasó a ser zutano.
Perengano (o perencejo): Es la palabra más joven de las cuatro y la de menos uso. No se ha podido identificar su origen, pero se piensa que puede ser el resultado de la unión de Pérez (apellido más que común entre los españoles) y mengano.
Fulano y mengano son los más usados. Estos cuatro sustantivos también tienen su variante al femenino: fulana, mengana, zutana y perengana. Sin embargo, ser “una fulana” en España y en algunos lugares de América equivale a ser “una prostituta”, sentido despectivo que se pierde cuando se le aplica el diminutivo “fulanita”, y por ello esta forma se adopta, más aún en femenino.
Le puede interesar: ¡Qué miedo!
El diminutivo también cabe en los términos menganito, zutanito, perenganito. Incluso suelen ser acompañados de un “apellido” figurado: Fulano de tal, Menganita de cual.
Otros idiomas
En otras lenguas existen expresiones equivalentes que comparten por su significado un cierto aire familiar. En inglés, John Doe y su señora Jane Doe equivalen al Fulano y Fulana, en español. En francés, se emplean en cadena los tres nombres más frecuentes: Pierre-Paul-Jacques.
En los países bálticos se prefiere decir “N.N.”, del latín nomen nescio, que significa “desconozco el nombre”. En Rusia se emplea el sonoro y prototípico nombre ruso Ivanov Ivan Ivanovich. En Filipinas, ahora de mayoría angloparlante pero durante tantos años colonia española, prefieren el Juan y Juanita de la Cruz.