Cuando se siente agotado y piensa en descansar, seguro que lo primero que viene a su mente es tener vacaciones y no salir de casa. Sin embargo, no es la mejor decisión que puede tomar. Quizá si se trata solo de un día de encierro no pasaría nada, pero evite que se vuelva recurrente o su cuerpo sufrirá los estragos.
Le compartimos algunas consecuencias que le puede traer si usted es de los que decide pasar muchas horas aislado en casa.
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No hay exposición al sol. La luz solar tiende a mejorar el estado de ánimo y ayuda a la producción de la vitamina D, necesaria para la regulación del sistema inmunológico.
Desregulación del ritmo circadiano (período biológico de 24 horas). Este ayuda a la regulación del apetito, los ciclos de sueño y esencialmente los niveles de energía.
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No se convive tanto con la naturaleza. Se ha probado que pasar tiempo con el ambiente natural puede ayudar con síntomas de depresión y las relaciones sociales. Un estudio de la Universidad de Glasgow mostró que quienes se ejercitan en parques o entre la naturaleza tienen un menor riesgo de sufrir enfermedades, sobre todo las que son generadas por estrés.
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Puede que muchas veces no quiera salir, y está bien, pero no haga de esa actividad un hábito. Busque momentos del día en los que salga a ejercitarse, a caminar y convivir con la naturaleza, y experimente el bienestar que esto le proporciona, además que aportará grandes beneficios a su salud.