Róger Pérez de la Rocha
Maestro de la pintura nicaragüense, uno de los más destacados retratistas, pintor del cuerpo femenino, afable y sin tapujos en su forma de hablar. Recientemente se le hizo un homenaje en Managua con una exposición retrospectiva que muestra la diversidad y esplendor de su obra.
Creatividad y mujer
Nació en 1949 en el barrio Bóer de Managua. Su primer recuerdo erótico asociado al dibujo es de los cinco años. Dibujaba unos garabatos en la escuela de párvulos, cuando “una profesora, bella, morena”, evoca Pérez de la Rocha, le preguntó qué significaban sus dibujos. Él le respondió que era una tormenta, con un barco y su capitán, entonces inclinó su rostro y le miró las lindas pantorrillas a la profesora con sus vellos aprisionados por las medias que usaba. En la foto, el pintor es el segundo de derecha a izquierda.
Iniciación artística
En 1964 ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes que dirigía el maestro Rodrigo Peñalba. Al principio le costó adaptarse por su inmadurez y natural rebeldía. Entre sus maestros estaban Alejandro Aróstegui quien le enseñó Anatomía, el doctor René Sandino que le impartió historia del arte y Fernando Saravia con quien aprendió escultura.En la foto de izquierda a derecha: Pérez de la Rocha, Juan Aburto, Pablo Antonio Cuadra, Fernando de Szyzlo, Martha Traba y José Luis Cuevas.
Años de formación
Viajó a los 20 años a España. Trabajó en los bares de las Cuevas del Sésamo haciendo retratos para ganarse la vida. Esta fue la primera vez que subsistió del arte y comenzó a especializarse en el retrato. Durante esos años supo que sabía muy poco y sintió la necesidad de aprender. Carlos Martínez Rivas también vivía en España, lo llevó a recorrer galerías, museos y le presentó a los mejores pintores de la época.
Prisión y libertad
A los 36 años cayó preso por un altercado con su esposa de entonces. Estuvo detenido 30 días. El cautiverio le hizo reflexionar sobre la necesidad de superar su alcoholismo. “Me hizo tomar conciencia de mi destino de pintor y de saber utilizar este corazón de pintor que tengo, de saberlo encauzar y utilizar”, expresa el artista. Superado su alcoholismo, el maestro se ha dedicado en años recientes a desarrollar su obra, ayudar a otros adictos a su recuperación y a enseñar a pintar a la juventud.