Existe un tipo de infidelidad en las parejas de la que casi no se habla: la financieralia. Así lo indica una reciente investigación de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos) que ha sido aceptada para revisión por la revista Journal of Consumer Research.
Tras realizar una serie de 10 evaluaciones a más de un centenar de parejas y analizar los movimientos de sus cuentas bancarias, los expertos descubrieron que cuando hay dinero de por medio muchas parejas no son honestas a la hora de hablar sobre sus gastos y hábitos económicos. “La infidelidad financiera es llevar a cabo comportamientos que la pareja desaprobaría, por lo que se ocultan intencionadamente”, explican los expertos en su estudio.
El problema ocurre, principalmente, cuando una parte es más ahorradora que la otra. Por ejemplo, las dos personas acuerdan unos límites de gasto, pero una quiere adquirir más cosas de lo pactado. Ante el problema, solo quedan dos opciones: asumir el trato y reprimir esa necesidad de gastar más o priorizar las preferencias propias frente a lo acordado. El problema de la segunda opción es que al saber que a la pareja no le gustará se acaba violando la confianza.
“Es un comportamiento mucho más frecuente de lo que podemos pensar”, asegura una de las autoras de la investigación, Emily Garbinsky. Además de gastar más de lo acordado y no contarlo, hay otros ejemplos que suelen ser comunes en este tipo de infidelidad, según las conclusiones del trabajo: optar por métodos de pago más discretos y que no dejen rastro, que los empaques no tengan distintivos fáciles de identificar u ocultar información de la cuenta bancaria.