Con su pinta estrambótica, Rosario Murillo rompe el molde de las tradicionales primeras damas.
Quién es esta mujer que asegura tener comunicación directa con Sandino, a la que un amigo considera el "yin" de Daniel Ortega o de la que una comediante dijo que cuando muera le daría "clases de maldad al diablo"
Octavio Enríquez
Fotos de Orlando Valenzuela
El joven Juan Carlos Ortega camina —mirada ida, manos cruzadas en la espalda— por un pasillo de la casa de Villa El Carmen. Va y viene. Reflexiona. No se percata siquiera que desde otro ángulo de la casa su madre lo observa embelesada.
—¡Sandino! —piensa cuando la imagen del héroe guerrillero caminando por el telégrafo de San Rafael del Norte se le vino como un flashazo.
La anécdota la relata Luis Morales, un pintor, amigo cercano de Rosario Murillo, a quien ella telefoneó tras la visión que tuvo. —Camina como Sandino, Luis. Es su reencarnación.