El origen de las tazas se le atribuye a los chinos. Fueron los primeros pueblos en elaborar estas piezas de cerámica con técnicas de cocción en hornos más sofisticados.
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Los ingleses introdujeron el uso del platillo para permitir que el té se enfriara antes de ser sorbido. La palabra taza proviene del árabe tassa y este del persa tast: recipiente con una sola asa (agarradero). También se le denomina jarro o pocillo.
Borosilicato
¡Son muy elegantes pero también muy frágiles! El borosilicato no es un cristal común que resiste las altas temperaturas del agua hervida. Como se ve en la imagen, son tazas muy finas y en ellas se aprecia el color y textura del café.
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Porcelana
Se consideran más finas que las tazas de cerámica. Pueden soportar variados y bruscos cambios de temperatura. Mientras más finas sean sus paredes, de mayor calidad serán.
De cerámica
Son tazas de barro cocido y pintado. Son las más comunes y se encuentran casi en todos los hogares. Se caracterizan por ser algo pesadas y por tener bordes gruesos.
Acero inoxidable
Este material es muy buscado. Su demanda se debe a que, en el tema de decoración de interiores, está dictando pautas. En una cocina moderna son un toque ideal.
Acero esmaltado
Conocidas como tazas de peltre o acero vitrificado. Son muy resistentes y capaces de soportar temperaturas altas como los 400°c. No se dañan si se sirve agua recién hervida en ellas.
Viajera
Lo increíble de esta taza no radica en su diseño sino en la funcionalidad que tiene para viajar. Poseen una base que se adapta a cualquier superficie. Además que su capacidad térmica mantiene caliente el café.
