Una bomba estalla en Medio Oriente, matando a siete personas que esperaban en una estación de bus y al muchacho que la cargaba en su cuerpo. En Managua, un hombre agoniza apuñalado después que
malandrines le robaran su celular y en la estación de Policía del Distrito Cuatro, una mujer muestra sus piernas acuchilladas por un ex marido posesivo y celoso. ¡Cuanta violencia! pensamos frente al
televisor, mientras engullimos las últimas papitas de la bolsa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la violencia como el uso deliberado de la fuerza física o el poder, sea en grado efectivo o sea en grado de amenaza, contra una comunidad o grupo,
contra otra persona o contra uno mismo, que tenga posibilidades de causar daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones y que tenga probabilidades de causar lesiones o la muerte.
El gran problema es que vemos tanta violencia por esa pantalla, que de alguna forma, dicen los expertos, nos vamos acostumbrando a ella, y muchas veces no nos percatamos que la tenemos ahi
mismo, en casa, y que podemos ser protagonistas, ya sea como víctima o como victimarios.
En esta edición hablamos de un tipo de violencia: la familiar. Tristes historias de mujeres maltratadas. Parejas que comenzaron amándose y terminaron matando el uno a la otra. Un tema que no se le ha
dado la atención que merece.
Les contamos además un emaño caso de nuestra historia, cuando 1a violencia familiar no sólo trascendió al ámbito privado, sino que salió a los juzgados y llegó incluso a movilizar una flota militar de una potencia que llegó a las costas de Nicaragua dispuesta incluso a iniciar una guerra.