Es posible que muchos de nosotros no nos sintamos identificados con muchas de las afirmaciones con que se suele retratar al nicaragüense. Pero también es probable que si nos pidieran que describamos al nicaragüense, coincidiríamos con muchas de esas características que se nos achacan.
Dicen que somos confianzudos, malhablados, belicosos, impuntuales, supersticiosos, nos comemos la “s” al hablar, nos gusta el nacatamal, y pensamos que nuestros políticos son de lo peorcito.
También consideramos al indígena inferior y hacemos bromas con las “jinchadas” y no pocas veces se usa la palabra “indio” para ofender.
También llamamos “chunche” a cualquier cosa, y creemos que todo lo que tenemos es lo más grande. Tenemos al mejor poeta del mundo, el lago más grande, los hombres más bravos, las mujeres más lindas...
Así somos los nicaragüenses, pero... ¿es usted así? No, no, yo no soy así”, podríamos decir.
Cuando Ricardo Mayorga (de quien llevamos un reportaje en esta edición) dijo que él era vulgar “porque así somos los nicaragüenses” levantó una oleada de protestas e indignación. “Será él, yo no soy así”, dijeron muchos en las redes sociales.
Esa abrupta diferenciación que hacemos entre el “somos” y el “soy” es también algo que nos caracteriza.
Ya lo dijo Pablo Antonio Cuadra: somos implacables para condenarnos en “plural”, pero muy benignos para valorarnos en “singular”.
Esta vez en Magazine hicimos el ejercicio (que en su momento han hecho otras publicaciones de otras partes de mundo) de recoger 20 porqués sobre esas características que nos achacamos cuando hablamos del nicaragüense en plural. Cada por qué fue respondido por un experto en esa área y esto fue lo que resultó. ¿Se identifica?